19 septiembre 2013

¿Es grave doctor?

El final del verano
foto: Manuel Atienzar
Llega septiembre, y con este mes comienza una nueva etapa de nuestras vidas. Trae el final del verano, de días soleados y baños en la playa. También trae el comienzo de un nuevo curso, para los que comienzan la secundaria lleno de ilusiones y miedos; para los demás la ilusión por el reencuentro con los compañeros y la esperanza de nuevas cosas que hagan el tiempo divertido y más rápido.
Quiero comenzar este curso con un breve cuento de J.J. Millás, autor con el que terminamos el curso pasado, pero creo que el cuento ¿Es grave doctor?, además de ser muy breve y de lectura fácil nos anime para comenzar con ilusión esta nueva etapa, ya que si le encontramos gusto a las cosas que tenemos que hacer, siempre serán más fáciles. Sería estupendo que esta enfermedad de la que dice padecer Juan José Millás fuera contagiosa.

¿ES GRAVE, DOCTOR?

De joven, compartí piso con una chica que lo primero que me dijo fue que le reventaba fregar los cacharros, de manera que me tocó a mí. Al principio me parecía un engorro, creo que porque me empeñaba en terminar en seguida, pero luego le cogí gusto y limpiaba en una hora el mismo número de platos que cualquier persona normal habría liquidado en media. Lo que me gustaba de aquella actividad era que me ponía intelectualmente en marcha. A los diez minutos de estar sacándole brillo a una cacerola de aluminio, las neuronas trababan amistad entre sí y resolvía problemas que en la mesa de trabajo me habrían llevado días. Fregar me ayudaba a entrar en un raro estado de concentración del que obtenía beneficios increíbles. Sin embargo, a mi compañera le sentaba fatal verme disfrutar de ese modo y comenzó a pensar que compartía piso con un depravado.
—¿Pero tú por qué no protestas cuando te toca fregar?
—Porque me gusta.
—No gastes bromas. Cómo te va a gustar.
—Es cierto. El correr del agua y el ver cómo se marcha la porquería de las sartenes por el sumidero me hunde en una especie de éxtasis que me ayuda a reflexionar sobre la existencia.
Al principio pensó que le tomaba el pelo, y luego que era un pervertido. Cuando teníamos invitados y me veía levantarme después de comer para recoger la cocina, la oía murmurar cosas sobre mí. Una vez llevó a su madre, quien tras observarme de arriba abajo me preguntó si era yo ese al que le gustaba fregar.
—Soy uno de ellos —respondí sintiéndome miembro de una secta secreta de fregadores repartidos por el mundo.
Al día siguiente la chica abandonó el piso sin despedirse y tuve que poner un anuncio en los tablones de la Facultad, pues no podía hacer frente yo solo al alquiler. Siempre he preferido vivir con mujeres que con hombres, por lo que solicité una compañera. Vino una estudiante de medicina que lo que no podía soportar de ningún modo era tender la ropa. Yo nunca me había ocupado de eso, pero a las pocas semanas empezó a gustarme y estaba deseando encontrar algo mojado para colgarlo de las cuerdas. Bien es cierto que teníamos un patio interior muy sugerente, y que a mí me apasionaba imaginar las vidas que discurrían al otro lado de las ventanas que se veían desde la nuestra. Al poco, me pasaba la vida tendiendo y mi compañera empezó a sospechar que había ido a caer con un mirón o un psicópata, así que se fue y tuve que poner otro anuncio gracias al que aprendí a cocinar, y así de forma sucesiva.
Evidentemente, tengo una rara capacidad para que acabe gustándome lo que he de hacer por obligación. Ello me ha creado fama de bicho raro entre mis conocidos. También eso me encanta, y lo cultivo, lo mismo que tender la ropa o fregar cacharros. ¿Es grave, doctor?
Juan José Millás

 

15 comentarios:

Paula dijo...

Me ha gustado mucho este texto, me ha parecido divertido y muy original. yo comparto la misma opinión con el protagonista ya que si tienes algo que hacer y sin probarlo si quiera ya dices que "no", no sabes realmente lo que es ni lo que te puedes perder. Porque yo pienso que si tienes que hacer algo, ya sea por obligación o no, mejor que te acostumbres y te empiece a gustar, porque sino media hora se te hará eterna, y a preferir, mejor que pase rápido.

Paula Fernández Gómez 4ºA

Eva R dijo...

Me ha gustado este texto porque me parece muy curiosa la manera en que el protagonista enfoca las tareas desde un punto de vista tan positivo.
Se me hace raro ver que alguien disfrute tanto fregando los platos y tendiendo la ropa, pero la verdad es que me gustaría ser así a la hora de recoger mi cuarto o poner la mesa.
Yo creo que con un poco de optimismo cualquier labor puede parecer más amena.
Eva Rodilla 4ºA

Mar Márquez dijo...

Me ha gustado mucho este texto porque me ha parecido muy gracioso, aunque un poco raro. Creo que la gente debería intentar sacarle una parte divertida a todo, incluso a las cosas que no les gustan, porque ya que vas a tener que hacerlo de todos modos, por lo menos pásatelo bien.
Mar Márquez Cendrero 4º B.

Iris Rives Sardina dijo...

Este relato me ha gustado bastante. Me hace gracia como el protagonista se preocupa porque su optimismo pueda ser una enfermedad. La verdad es que tiene motivos porque no hay muchas personas que vean la vida con tanto optimismo y le encuentren la parte divertida a las tareas mas monotonas y solitarias. Estaria bien que te acabaran gustando todas las cosas que haces, aunque sean por obligación, porque asi, podrias pasarlo bien aunque tengas que hacer una tarea aburrida.

Unknown dijo...

Este cuento me ha gustado bastante por ser curioso, original, divertido, y porque se lee fácil y rápido.
En mi caso es exactamente lo contrario: algo que tengo que hacer por obligación ya de entrada no me gusta. Aunque no estaría mal que me pasara lo mismo que al protagonista, o tener un compañero de piso como él.

Carlota Gala 4ºA

Andrea dijo...

este relato me ha parecido muy gracioso, el autor me ha hecho pensar que así es la sociedad en la que vivimos, en la que todo el mundo se deja llevar por lo que piesan los demás y no por lo que piensa cada uno, si hiciésemos lo que pensásemos todo el mundo sería como el protagonista, no nos importaría hacer nuestras tareas porque es lo que debemos hacer. Este texto lo refleja perfectamente y es una buena manera de hacer esta crítica a la sociedad, me ha gustado mucho.

ana dijo...

Este relato me ha parecido de lo mas original, todo el mundo de entrada al ver algo nuevo que no ha hecho nunca dice un simple "no me gusta" y esto nos habrá pasado a todos a la hora de comer, ves algo diferente, fuera de lo común y ya sueltas el " no me gusta" de todo el mundo hasta que te dicen " pero lo has probado" me encantaría tener ese optimismo para todo en esta vida y ser como el protagonista, un chico que lleva las tareas domesticas como algo divertido y entretenido, ojala, ojala seamos así todos, seriamos mucho mas felices, me ha encantado este relato. ANA NÚÑEZ 4ºA

Cecilia Monje Inguanzo dijo...

Me ha gustado este texto, me ha parecido muy original, como el protagonista acabo gustándole fregar los cacharros o tender, aunque es verdad, que una cosa que lo tienes que hacer por obligación, acabas cogiéndole el gusto aunque no lo creas y así se te pasa mas rápido el tiempo.
Para ser el primer texto que he leído de esta nueva asignatura me ha gustado mucho porque es muy entretenido y lo lees con mucha facilidad ya que te diviertes.

Cecilia Monje Inguanzo 4ºA ESO

Natalia Fernández Fontán dijo...

Este texto me ha parecido bastante original y muy positivo,ya que una de las conclusiones que he sacado ha sido que es mejor que te guste y que disfrutes haciendo tus obligaciones (en este caso como el protagonista,que le gusta fregar, tender, cocinar...) a que tengas que hacer las cosas obligado y sin ganas. De esta manera, este hombre disfruta haciendo lo que tiene que hacer por obligación de forma que parece hasta casi para el una forma de vida y algo que hace voluntariamente. A mi sinceramente me gustaría que me pasase como a él, por ejemplo que me gustase hacer los deberes, que me divirtiera estudiar... pero el protagonista de esta historia lo ve todo de una forma bastante positiva y desde un punto de vista muy optimista. El texto me ha gustado mucho.
Natalia Fernández Fontán 4ºA

CandelaRivas, dijo...

Es un texto especial , es decir , la historia no trata sobre algo que pase habitualmente por que normalmente no nos gusta hacer nuestras obligaciones...quizás por el simple hecho de que nos sentimos obligados , también opino que la historia puede ser una metáfora que quiere decir que no nos podemos "cerrar en banda" con una cosa que no nos gusta , por que quizás es por que lo hacemos poco , el texto tiene un punto cómico y es muy entretenido y tengo que decir que a mi me pasó algo parecido en cierto modo .. una vez mis padres me castigaron y me obligaron a recoger la vasija y limpiarla y aunque lo hice enfurruñada mientras que lo hacía me vinieron muchas ideas a la cabeza y resolví cosas ...también tengo que decir que aunque me "relajase" no he vuelto a fregar..
Candela Rivas 4-A

Diego Álvaro dijo...

Me ha gustado este texto pero no creo que a mi me pase nunca algo de esto ya que si hago obligado algo, lo haré con menos ganas que si lo hiciese por mi cuenta. También,es cierto, que si te gusta lo que haces lo harás mejor que si no te gustase.

Dario Gomez dijo...

Es un texto muy entretenido y divertido, me ha gustado mucho.
Me siento identificado con el protagonista, porque muchas veces decimos que no a hacer cosas nuevas sin haberlas probado antes y sin saber si te va a gustar o no.
Pienso que siempre hay que probar cosas nuevas, nunca sabes si te gustará o no.
Y habrá cosas que te guste hacer y otras que no tanto, pero al final te acabas acostumbrando y te da igual.

María Casielles Solano dijo...

Este texto me recuerda demasiado a mi abuela... La verdad es que a mi también me gusta tener mis cosas limpias y por ejemplo no puedo estudiar si mi cuarto esta desordenado, pero todo tiene su limite y creo que el chico del relato lo sobrepasa. Bien que te guste limpiar, peor sería lo contrario, pero no hay que hacer de ello una obsesión.
Voy ha hacer un poco de médico: este chico en mi opinión padece de un T.O.C (Trastorno obsesivo Compulsivo).

viti marron dijo...

Me ha encantado este cuento, me a parecido muy original e imaginativo, y no habia leido nada igual en mi vida, yo me identifico algo con el protagonista ya que hay cosas que en un principio no me gustaba hacer pero que ahora, no es que me encante, pero lo hago y se me pasa relativamente rapido

Pablo Huidobro dijo...

Me ha gustado mucho este texto, es muy entretenido, y estoy de acuerdo, porque no te va a gustar hacer algo sin ni siquiera haberlo probado, este hombre tiene gusto por las cosas que nunca a hecho y poco a poco le van gustando mas porque se ve obligado a hacerlo, de tanto fregar y colgar la ropa pasa el rato viendo lo que pasa en el patio inferior o lo que hace el agua y el jabón con la suciedad de la comida. cuando tienes que hacer algo porque si y no tienes otra opción hay que intentar que pase rápido y para ello inventar diferentes formas para pasarlo mejor, imaginarte cualquier cosa que te haga pasártelo bien como hace este chico