17 marzo 2013

Palabras para un lunes


Esta semana comenzamos el lunes con un texto sorprendente en el que un matrón comparte con nosotros la experiencia de asistir a una mujer en el parto. Su emoción al ser testigo de la llegada de una nueva vida es tan fuerte que traspasa el papel y nos contagia irremediablemente de fuerza y ternura.

Son las 3:43h de la mañana. Estoy sentado en mi sillón con las piernas extendidas. Hace calor pero la situación lo requiere (puse el termostato más alto de lo normal y además la cama irradiante está ya funcionando). La habitación está en penumbras ya que la única luz que ilumina tenuemente el ambiente proviene de un flexo que estratégicamente he situado en una mesa auxiliar. El sonido rítmico y regular del registro y unos gemidos guturales es lo único que se escucha.

Sentada en un banqueta a mi lado está la residente de primer año. Está nerviosa, pues no para de moverse y hacer ademanes de levantarse. Es normal, ha visto pocos como este. En un momento dado me hace una pregunta, que ni siquiera hago el intento de escuchar. Le contesto que ahora no, que después hablaremos, que ahora es cuestión de esperar y observar. Me mira avergonzada y se calla, moviendo nerviosamente las manos al mismo tiempo [...]

4:04h. Los movimientos de ella son más pronunciados. La pelvis oscila de adelante atrás en un extraño baile, pero donde se intuye un orden rítmico. Los sonidos que emite ahora son más agudos y fuertes. Resopla, intenta articular alguna palabra que no consigo entender, aunque sé que en estos momentos sus palabras tienen poco significado real, porque aunque su cuerpo esta allí su mente se encuentra a miles de kilómetros en una dimensión que yo nunca podré visitar.

Los latidos provenientes del registro han bajado aunque vuelven a subir pasados unos 20 segundos. Mantengo la calma. Sé que es normal en este instante del proceso. La clave ahora es saber cuándo tengo  que levantarme justo para no romper la magia del momento.

4:14h. Ella tiembla sentada en la silla (es una silla extraña que sólo tiene utilidad aquí y que despierta curiosidad siempre que alguien ajeno al servicio y este mundo ve) Respira agitadamente. Se estira y se apoya en su acompañante. Lanza un grito. En otro contexto sería preocupante. En este es lo más normal del mundo. En realidad es un grito que proviene del principio de los tiempos.

Los latidos del registro son ahora muchísimo más lentos. Tengo una sensación de inquietud porque pienso que de un momento a otro algún adjunto o residente de ginecología puede entrar. Me levanto y me pongo los guantes estériles, con tranquilidad pero sin demorarme. La residente se levanta pero le indico con la cabeza que se quede donde está.

Me acerco hacia la esquina donde están los dos (o mejor dicho los tres). Me arrodillo y me pongo de frente a ella en silencio. Sé que aunque le hablara no me escucharía. Su acompañante, que está detrás de ella de pie, con los brazos en sus hombros, me mira. En sus ojos veo algo que tal vez sea miedo, emoción o incluso alegría. Ese algo lo he visto antes muchas veces pero nunca he podido definirlo con claridad. Intento tranquilizarlo con la mirada. Hay que demostrar ahora que alguien controla la situación y ese alguien debo ser yo.

Miro su periné abombado. Ya esta ahí. Coloco suavemente la mano en lo que empieza sobresalir por la vagina. Al tacto es húmedo y duro. Es una sensación muy conocida para mí pero a la vez siempre me parece que es la primera vez. Los gritos son ahora continuos. Noto la presión de la cabeza en mi mano. Pienso que no tardará más de 15 segundos. Le hablo: “sopla, sopla, sopla...”.De repente la presión aumenta espectacularmente, pero estoy preparado y acompaño suavemente la salida. No percibo ninguna sensación desagradable. Perfecto, creo que no tendré que suturar. La cabeza mira hacia abajo, como debe ser. Suavemente meto un dedo y palpo el cuello. No hay circular. Le hablo: “Empuja…”. La rotación es rápida y un cuerpo es expulsado junto con una mezcla de sangre y líquido. Lo sujeto con firmeza. No es muy grande. Calculo unos 3000 gr. Hablo: “Bl…,mírame”. Sus ojos reflejan una mirada perdida. Le digo: “Cógelo”. Acerca sus brazos temblorosos y lo coge. Es increíble pero siempre pasa. En cuanto ella nota su cuerpo los temblores desaparecen y sus brazos adquieren firmeza.

Ilustración Alejandra Acosta

Ella llora. Es un llanto bajo que se mezcla con otro llanto, este más fuerte y estridente. Son llantos diferentes. Uno de ellos es de alegría, el otro es un llanto que indica que una nueva vida ha superado su primera gran prueba. Su acompañante sigue de pie. Está impresionado. Le pido a la residente que me pase un toalla caliente. Lo seco y limpio la boca de secreciones. Cambio la toalla por otra limpia. Compruebo la frecuencia tocando el cordón. Es buena. Hoy no tengo prisa para cortar el cordón. Me levanto, cojo el teléfono del paritorio y llamo a transición. No tardarán más de 2 minutos.

Le digo a la residente que se prepare. Dejaré que el resto lo haga ella.

Hoy me iré a casa con la sensación de haber visto algo que solo unos afortunados estamos habituados a ver.


Héctor González de la Torre

18 comentarios:

Pablo Rojo García dijo...

Este texto narra una historia real y muy bonita sobre un chico y la rutina que lleva, aunque no lo parece, porque al ver algo tan emocionante y tan bonito siempre parece que es la primera vez que lo haces, a mi esa sensacion me recuerda a uando cogi a mis primos por primera vez o cuando me despierto el dia de reyes y veo los regalos colocados debajo del arbol. Experiencias únicas

Pablo dijo...

Pablo Cordero
Este texto me ha gustado mucho, y es muy original. Sobre todo me ha aparecido un texto un poco raro porque nos ha descrito el parto y ha sido muy asqueroso, pero en el fondo es un tema muy bonito para todas las personas. Me ha gustado mucho y espero que hagan más textos originales como este

alvaro dijo...

La verdad es que no me sorprende este texto ya que he oido por parte de mi madre historias que impresionan bastante mas ya que ella esta en las operaciones y me ha dicho como es el cuerpo por dentro y mas o menos un corazón vivo ya que lo ha podido tener en las manos, pero me ha parecido un texto bastante bueno por parte del autor, porque ha cuidado mucho las palabras y las expresiones que utilizaba.

Lara Olalla dijo...

A mi el tema sobre el que trata el texto me gusta mucho ya que mi madre trabaja en esta rama de la medicina, y me ha contado tantas cosas sobre este tema y son todas tan especiales, que este texto no me ha impresionado.
Es un texto muy bonito que narra en primera persona la historia de un matrón que en el día a día vive la experiencia de traer al mundo a una vida nueva. Es un texto muy bonito y especial que mucha gente debería leer. Un saludo.
LARA OLALLA BORGE 3ºB ESO

Unknown dijo...

Ver nacer un niño debe ser algo increíble, impactante y de lo más emotivo. Pienso que no es fácil explicar todos los sentimientos que se pueden tener en ese momento, un cúmulo de tensiones, buenas expectativas, deseos por parte de los futuros padres…
Las matronas cumplen con su trabajo, pero a su vez, quiero pensar que cada parto lo viven de una manera diferente según la situación que se encuentran, es imposible que los sentimientos se congelen, cualquiera se sensibiliza al ver algo tan especial, el nacimiento de un niño.
Mi madre me ha contado algunas experiencias de cuando ella trabajaba en una planta de maternidad, y en ningún momento tuvo esa sensación que algunos describen como “asco”.

Paula Herrero Rodríguez, 4ºESO B

Maria Moya dijo...

Ver nacer a un niño, quizás para algunos sea algo que no les gustaría, pero para otros es una experiencia que pocos pueden verlo.
Hay personas que se dedican a ello, como este chico, que ve nacer niños y niños cada día y apesar de todo, cada parto es diferente y especial, es como si fuera el primero. Es una sensación como si nunca te acostumbraras a ello.
Para mí es algo precioso ver como nace un nuevo ser y es un trabajo bastante duro.

Natalia Fernández Fontán dijo...

El texto de esta semana cuenta la historia real en primera persona de un chico encargado de ayudar en los partos y ver nacer niños, que trabaja y conoce los aspectos relacionados con ese mundo. Este hombre ha descrito perfectamente los hechos y los sentimientos que se experimentan al tener la oportunidad de ver nacer, de ver por primera vez a un nuevo ser. Me ha gustado mucho el cómo ha relatado este chico los sucesos que ocurren durante el parto y después de este, como siente en cada momento y como reacciona. Creo que ante esta especial situación, unas personas pueden verlo de una manera o de otra. Para algunas personas esto puede ser agradable y emotivo (como para este señor) y para otras puede llegar a parecerles algo "asqueroso". A mi sincera y personalmente, no me gustaría presenciar un parto, no porque me diese asco, sino porque no aguantaría. Pero cada persona es diferente y ve las cosas de diferente manera. Creo que debe de ser una experiencia muy especial, emotiva y única.

Unknown dijo...

La verdad es que este texto me ha llamado mucho la atención. Creo que esta muy bien escrito y describe perfectamente lo que se siente al estar presente en el nacimiento de un nuevo ser. Se que hay gente que lo ve como algo raro o les da asco, pero yo creo que es algo muy especial, tanto que como el mismo dice, cada pato es como si fuese el primero. Creo que es una profesión muy diferente y especial, además de que el matron tiene que tener mucho tacto y saber como comportarse con las mujeres. La verdad es que me parece un trabajo bastante difícil. A mi personalmente me daría un poco de cosa asistir a un parto, mas que asco, es miedo. Pero creo que debe de ser una experiencia única, de la cual aunque antes haya habido mucho dolor, al poder coger al nuevo ser en tus brazos se siente algo indescriptible y único. Me ha gustado mucho el texto de esta semana, ha sido muy interesante.

Unknown dijo...

El texto me ha parecido bastante interesante e informativo. Me parece que tener un parto es algo que asusta, pero logicamente es normal que asuste. Pero creo que es algo bonito y que se debería tener algun hijo en la vida.

ana dijo...

El texto de palabras para un lunes me ha impactado mucho, me esperaba, como casi todos los lunes, un poema, sinceramente me ha dejado sin palabras, este texto cuenta la historia de un patrón que día a día se encuentra en esta situación y puede ver nacer un niño, esto debe de ser algo increible y repleto de emociones. Pienso que cada parto que ven es único y especial porque para mi ver como una madre trae al mundo a un nuevo ser es maravilloso. Ana Núñez

Andrea Mediavilla dijo...

Esta historia me ha parecido realmente sorprendente, nos describe un momento que creo que tiene que ser muy especial para cualquier mujer. Además en él podemos distinguir dos posturas muy diferentes: el médico experto y habituado a atender un parto, que sabe que en estos momentos es fundamental la paciencia, y por otro lado tenemos a la residente sin experiencia que está nerviosa y asustada por esta situación (posiblemente nueva para ella).
Creo que en un momento como ese es importante que el médico se mantenga tranquilo para transmitírselo a la madre.
Personalmente el ayudar a traer a este mundo un bebé me parece emocionante y me ha parecido muy buena idea poner un texto como este de algo tan cotidiano y al mismo tiempo tan lejano ya que pocas veces nos paramos a pensar en ello.

Paula dijo...

Este texto me ha sorprendido mucho, ya que narra la vida cotidiana a la que se enfrenta un matrón todos los días de trabajo, ya que no todas las personas podrían valer para realizar esto. Lleva su esfuerzo, dedicación y paciencia. Es un momento muy importante tanto como para la madre, en mayoría, y para el matrón o matrona. Yo creo que este trabajo es muy duro, pero al pensar que has ayudado a traer a un nuevo ser al mundo es precioso. Es un texto muy original.
Paula Fernández 3ºB

Sara Salmón dijo...

Me ha gustado mucho este texto porque me parece que el autor describe el nacimiento de un nuevo niño con una sensibilidad de la que pocas personas gozan, pero por otra parte, con la sensibilidad requerida para este tipo de situaciones.También me fascina como, a pesar de la experiencia, de los años que lleva trabajando allí y de la seguridad que intenta transmitir a sus pacientes, trata cada nacimiento como si fuera nuevo para él, haciendo, si cabe, que para los padres ese momento sea mucho más especial.
Este texto demuestra que no hace falta ser un gran escritor para poder transmitir y hacer que el resto de la gente entienda la intensidad de una situación tan sobrecogedora como es el nacimiento de un nuevo niño.

Cristina Gispert dijo...

Debe ser alucinante trabajar en algo como lo que cuenta esta persona, ya que hace posible que un nuevo ser nazca, es algo muy bonito.
Este chico tiene gran experiencia en sacar a un bebé de adentro de su madre, pero aún así sigue pensando como si cada vez que sucede un parto, fuera su primera vez.
Es un trabajo que en mi opinión crea grandes emociones , y deberían realizarlo personas solo aquellas personas que les gusten este tipo de cosas, ya que para la paciente, agrada más tener a alguien que te haga buena compañía al lado.

Carlos dijo...

Me ha parecido un buen texto, para haber sido hecho por alguien que no es profesional, yo diría que refleja muy bien lo que sucede en el parto.
Debe ser impresionante, mucha gente se desmaya viéndolo, porque en sí, el parto es bastante asqueroso, pero en el fondo es el principio de una nueva vida.
Carlos González 3ºA

paloma bascones dijo...

Este texto me ha gustado mucho, me parece que ver a un niño nacer es una experiencia muy bonita, y cada parto es único y diferente porque cada uno tiene una situación distinta.
A todas las personas no las puede gustar el oficio de ser matrona, pero ami me gusta mucho y me parece que ver nacer a un niño es algo unico y muy bonito.
Mi madre me ha contado que su matrona era muy buena persona y que la trató muy bien.

Unknown dijo...

Este texto me ha impresionado mucho y creo que para ser un escritor aficionado ha descrito muy bien sus sentimientos y me parece que este trabajo es muy importante y que no se menos valore

Leyre dijo...

La llegada a la vida, algo que nadie recuerda pero que todos hemos vivido. Pero tu madre sí que lo recuerda, como para no. Ella es la que te trae al mundo, gracias a ella ahora estas aquí.
Pero también podemos salir del círculo madre-hijo y ver un parto desde una perspectiva diferente. Alguien de quien no mucha gente se acuerda, pero que es de las más importantes en ese momento. Las matronas y matrones, esas personas que ayudaron a tu madre en ese momento tan difícil. El matrón, tu madre y tú. Un triángulo en el que los tres vértices son igual de importantes. Es algo mágico, que si te paras a pensar, parece casi un milagro.