25 octubre 2012

Tenemos muchos cuentos

Ya tenemos el primer cuento que nos ha recomendado Amaia Vila Garro de 1º B de ESO, se titula "El Príncipe feo", no conocemos el autor porque aparece en una recopilación de cuentos infantiles.Sí alguno de vosotros sabéis quién es el autor, nos encantaría que nos lo dijéseis. Amaía nos lo recomienda  porque le parece una historía muy bonita y que te enseña que no todo el mundo tiene que ser guapo: la belleza está en el interior.
Todos conocemos muchos cuentos en los que el protagonista es un príncipe feo, una rana que al besarla se convierte en un príncipe muy guapo, y otras muchas versiones, pero el que nos recomienda Amaia tiene un final diferente y me parece una elección muy interesante.
El Príncipe feo

En un planeta muy lejano gobernaba el gran Lambú III, un rey que no perdía la calma en ninguna situación. Pero llegó un día en el que se puso muy nervioso.
-¿Será niño o niña? ¿Tendrá pelo rubio o moreno?-se decía. ¡Estaba esperando un hijo!
Por fin apareció el médico.
-¿Ya nació doctor? ¿Es niño o niña?
El médico también parecía muy nervioso.
-Es un niño majestad pero….
-Pero, ¿qué?-preguntó-. ¿Qué le pasa?
-Bueno, es un caso extrañísimo: su hijo ha salido feo, feo a más no poder.
Al rey se le cayó el cielo encima. Y el suelo, porque se desmayó de la impresión. Y no era para menos. En su reino no existía la fealdad desde hacia muchos siglos. Y así, cuando se comprobó que efectivamente, el recién nacido no tenía un pelo de guapo, hubo un sentimiento general de tristeza en el reino. Pero Lambú III no estaba acostumbrado a rendirse ante nada. En cuanto se le paso el desmayo y el disgusto inicial se dijo:
-Solo los magos o brujas pueden solucionar esto. Dictaré un Real Decreto ofreciendo una increíble recompensa a quien sea capaz de transformar en guapo al Príncipe Feo.
Los emisarios reales viajaron por todo el planeta. Llevaron su mensaje a todos los rincones: quien convirtiese en guapo al Príncipe Feo sería nombrado, de por vida, Primer Ministro del reino de Lambú III.
Y pronto el palacio se invadió por los más extraños magos llegados de remotos lugares. Pero ninguno logró su objetivo. La fealdad del príncipe era más fuerte que todas las magias y hechicerías.
Lambú III paseaba su desesperación por los alrededores del palacio en completa soledad. Hasta que un día….
-Hola, buen rey.
Una chica sonriente estaba junto al camino.
-Me llamo Ilalia y estoy aquí para ayudaros. Yo puedo conseguir que vuestro hijo deje de ser el más feo del reino.
-Mira, pequeña, vete y no te castigaré. ¿Qué puede hacer una muchacha, cuando las más poderosas magas han fracasado?
-Quién sabe majestad, dejadme al menos intentarlo.
Tenía algo misterioso la voz de Ilalia….
El rey dijo:
-Está bien, jovencita. Te mostraré al príncipe para que lo cures, pero si fracasas….
-No fracasaré, señor. Ni tampoco necesito ver al príncipe. Quería solo conseguir vuestro real permiso. Dentro de unos días nadie volverá a llamar Príncipe Feo a vuestro hijo.
El rey no se creyó ni una palabra, pero guardó silencio.
Ilaila se fue a una cabaña del bosque espeso. Vivía allí con su madre, que era una bruja desconocida. Entre las dos prepararon toda suerte de brebajes y conjuros, repitiendo en voz baja:
-Que el príncipe feo no sea el más feo del reino…..
Ilaila volvió al palacio a los siete días. Y cuando estuvo en presencia del rey dijo:
-He cumplido lo prometido. Vuestro hijo ha dejado de ser el más feo del reino. En realidad ahora es el más guapo…
-No te burles de mí, jovencita. Acabo de estar con él y no he observado ningún cambio en su horrible rostro.
-Calmaos y escuchadme, Majestad. Miraos en aquel espejo.
El rey lo hizo y apenas pudo ver lo que vio reflejado: un hombre vestido como él… ¡Feo, feo! ¡y era él!
El embrujo de Ilaila y de su madre había sido un tanto cruel. El príncipe feo ya no era el más feo, era verdad. ¡Pero porque se habían vuelto feos todos los habitantes del reino!
Lambú III no tuvo más remedio que nombrar I ministra a Ilaila.
-¿De verdad no había otra manera de cambiar la fealdad del príncipe, señorita I ministra Ilaila? –le preguntó el rey.
Ella respondió:
-Majestad, quería demostraros que la belleza es muy relativa. Que el más feo de ayer puede ser el más guapo hoy, sin que pase nada importante. Deberíais suprimir en vuestro reino las palabras guapo y feo.
Así lo hizo el rey, y dejo de haber feos y guapos, y ya nadie volvió a preocuparse por esas tonterías de la gente presumida.
Después de leerlo... ¿Lo conocíais? ¿Qué os ha parecido? Estamos esperando vuestras propuestas...

2 comentarios:

Unknown dijo...

me ha parecido una historia muy bonita

Unknown dijo...

Que bonito es el cuento Amaia