02 febrero 2014

Palabras para un lunes

Esta semana, Clara Serrano, alumna de 4º ESO, nos propone un texto de su hermano, que además es antiguo alumno del cole. El relato, basado en un hecho real, nos va a hacer replantearnos muchas cosas. Muchas gracias Carlos por compartir con nosotros tu experiencia y tu reflexión. 


Hoy me ha ocurrido algo que me ha hecho pensar, y esto me preocupa, porque, tal y cómo están las cosas, pensar no es lo más recomendado para ser feliz. Describo la situación. Me he sentado en un banco de la calle Juan de Herrera, cerca del Ayuntamiento, por la simple razón de que me es imposible mantener una conversación larga de Whatsapp mientras camino, y no tenía ninguna prisa.


En uno de esos eternos "escribiendo..." levanté la vista. A mi derecha, una gran sucursal del Banco Sabadell a cuyos pies descansaba, rodeado de todas sus pertenencias, como cada día, un mendigo con un perro. Enfrente, el famoso Centro Mac, con sus escaparates luminosos llenos de caros ordenadores y teléfonos. En ese momento, tuercen la esquina y se dirigen a la tienda dos chicas que debían tener dieciséis años. Ambas representaban la imagen del canon estético que ni el mismísimo Polícleto habría podido fijar: botas "de campo", leggins negros, chaqueta con los omnipresentes "pelos" en la capucha, y como no, la raya en medio trazada con tiralíneas en unas cabelleras, cómo no también, lisas. Si me dicen que han salido de un molde, me lo creo. La originalidad se paga cara a esas edades. Para redondear el tópico, las dos amiguísimas han entrado en la tienda antes descrita, para salir al rato con una caja grande en la que adiviné el dibujo de unos cascos de precio prohibitivo. Salían sonrientes, teléfono en mano (otra sorpresa), y no prestaron atención en que otra persona, aparte de mí, las observaba. El mendigo y su perro, como yo, habían seguido la escena y aún las perseguían con la mirada, solo que yo mudé mi atención hacia ellos. 


Cuando las chicas se perdieron tras la esquina, el mendigo miró a su perro y éste le devolvió la mirada. Con infinita ternura, el perro lamió la nariz de su dueño, y éste le respondió con una sonrisa, para seguidamente taparle más con la manta y apretarse juntos, huyendo del frío. 

Yo me levanté y me fui, pensando cuál de las parejas había experimentado más felicidad en aquellos diez minutos en los que habían atraído mi atención. Y no tengo ninguna duda.

15 comentarios:

Unknown dijo...
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Unknown dijo...

Sin duda, la pareja que más alegría experimentó en tan solo unos segundos fue la del perro y el mendigo. Tan solo con tener alguien al lado que te quiera y que te entienda es suficiente, tener a alguien que aunque seáis de especies distintas sepa comprender con tan solo una mirada lo que estás pensando, tener a alguien ahí en los momentos más difíciles, a tu lado.
Da pena pensar que lo que dice ese texto es cierto, que porque se establezca una moda todas las personas la siguen sean su estilo o no, da pena pensar que la gente cada vez tiene menos personalidad, que por intentar ser novedosos todos seamos iguales, del montón, que tan solo porque algo sea caro y tenga un dibujo bonito sea “lo mejor”, que viviendo con tanta pobreza a nuestro lado en vez de luchar contra ella e intentar mejorarlo, nos acostumbramos a verlo como parte de nuestra vida cotidiana, que hasta que no nos vemos inmersos en un problema no nos damos cuenta de lo grave que es.
Nuria Rivas Fuente

Unknown dijo...

Yo creo que el mendigo y el perro acabaron mas felices porque las dos jóvenes se cansarían de esos cascos en unos meses, aveces uno tiene tantas cosas que se cansa de ellas y otro solo tiene una y con esa vive feliz y hasta le sobra por eso la frase famosa "No es mas rico quien mas tiene, sino quien menos necesita"

Unknown dijo...

Pienso que, sin duda, la pareja que más alegría experimento fue la del mendigo con su perro, ya que, la pareja de chicas estaban feliz por algo material, en este caso unos cascos, pero sin embargo, el perro y su dueño eran felices por tenerse el uno al otro en esos momentos de pobreza que estaban viviendo. Ahí es cuando nos damos cuenta de que en realidad lo importante no son las cosas materiales en si.

Sonia Gutiérrez Agüero

Ico dijo...
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Pablo Huidobro dijo...

Esta claro quien experimentó más alegría, aunque solo fuera durante un momento, el mendigo con solo el hecho de estar al lado de tu mejor amigo, en este caso tu perro, ya tienes motivo para estar feliz, es verdad que el pobre mendigo no se sentirá bien en su día a día, pero quien no es feliz junto a su mascota. Lo que cuenta esta historia es totalmente cierto, hay mucha gente sin personalidad, siguen las modas aunque no les guste lo que hacen, con tal de estar "A la última". Esta perfectamente redactado y cuando cuenta la parte en que salen de la tienda Apple, dice toda la verdad, hoy en día hay muchísimas personas que dan mas importancia a lo material que a cualquier otra cosa. Me ha gustado mucho el texto, cuenta todo tal y como es y eso es lo que me ha gustado.

Andrea Pérez Velázquez dijo...

Me ha gustado mucho esta historia ya que representa la vida tal y como es: gente que tiene mucho dinero y gente que no tiene ni para comer. El mendigo y su perro en mi opinión fueron los que más disfrutaron del momento porque el simple hecho de que alguien este a tu lado en los momentos buenos y en los malos te hace la persona más feliz del mundo, aunque la compañía sea la de un perro.

Unknown dijo...

Este texto me a gustado mucho, ya que relata cosas que nosotros actualmente vemos día a día. Hay veces en la vida que lo material no te va a secar las lagrimas o hacerte sentir mejor, en ocasiones es bueno tener un amigo en el que sabes que puedes confiar plenamente, es bueno saber que tienes alguien a tu lado que te quiere y que solo con su presencia estas mejor, ya sea una mascota o una persona. En esta historia se ve muy bien, un perro y un señor, dos personas que entre sí no se pueden comunicar con palabras, pero si con una mirada, una caricia... Creo que sin duda la felicidad la experimentaron el perro y su dueño porque las chicas seguramente el año que viene o dentro de 4 meses saldrán unos cascos nuevos y también los querrán, pero una buena amistad es para siempre.

Ángela lópez 3ºA

Anónimo dijo...

Sin duda alguna, la pareja más feliz en ese momento ha sido la del mendigo y su perro.
Este texto me ha gustado mucho, porque es algo que cualquiera de nosotros podemos ver cualquier día, que nos morimos siempre por tener lo último, por tenerlo antes que los demás, y no nos damos cuenta de que lo mejor de la vida son personas o animales, no cosas materiales.
Me parece que al mendigo le hizo mucha más ilusión que su perro le devolvería su gesto de cariño, que a las chicas comprar esos auriculares, ya que posiblemente se cansarían de ellos enseguida, pero sin embargo el mendigo nunca se cansará del perro, porque el perro siempre estará con él, pase lo que pase, porque las personas que menos tienen, son las que más valoran tener a alguien, que te ayude, que te apoye, y que este contigo siempre

Unknown dijo...

Este texto me gusta mucho ya que representa el dia a dia tal y como es . Sin duda que la pareja que mas feliz a quedado es el mendigo y el perro
Ya que a el le hizo alegre la mirada de su mascota el perro la cual es quien le da la felidad de su vida , no siempre tiene que ser una cosa material, y en este ejemplo lo vemos muy claro lo que pasa todos los dias .

Unknown dijo...

El texto está realmente bien, es muy cercano, ya que cuenta una historia real ocurrida en Santander, y algo similar a lo que nos suele pasar diariamente. Últimamente,la personalidad de los jóvenes de hoy en ella es más bien nula, llevamos lo que otros llevan, lo que nos gusta, es cierto, pero copiando estilos de otras personas, que previamente lo han llevado. Además, como dicen:
"No es más rico el que más tiene, sino el que menos necesita".
Refiriéndome así, al hombre con su perro.

Pablo Rojo García dijo...

Yo creo que el señor y su perro eran realmente mas felices, aunque ese momento fuera corto, porque en realidad la felicidad es interior, no exterior; por lo tanto, no depende de lo que tenemos, sino de lo que somos.

ana dijo...

En ese momento está claro quien fue mas feliz, aunque sea por un instante, por una mirada, pero un momento tierno y alegre que no dependía de algo material sino de algo sentimental, que es lo que realmente significa para mi la felicidad. Vivimos en una sociedad en la que si te alejas del estilo de vestir o de ser de la gente que tienes a tu al rededor vas a ser juzgado y criticado, ¿y eso por qué? ¿por no ser como los demás? es curioso sinceramente. No creo que el mendigo necesite tener la ultima tecnología para ser feliz,la gente así es la que valora de verdad qué merece la pena en esta vida y que no. Ana Núñez

Unknown dijo...

Sin duda, aquel momento lo disfrutaron mucho más el mendigo y su perro. A las chicas les hizo también bastante ilusión tener unos nuevos cascos, pero todos sabemos que cuando ya los hayan utilizado mucho o ese tipo de modelo pase de moda, van a quedar olvidados en un rincón y sin darles nadie ningún uso. El hombre habrá pensado en cómo hay gente que derrocha el dinero y aún así no es tan feliz como querría ser y, sin embargo, ahí está él con su acompañante, disfrutando de un tierno momento y no de algo superficial y material.
Por otro lado el texto nos hace pensar también en cómo las modas están influyendo en nosotros y cómo la mayoría las siguen al pie de la letra, unos porque simplemente les gusta y otros por el hecho de que es lo que se lleva en ese momento y les hace sentir más integrados en la sociedad.

Ana Ruiz García

Unknown dijo...

La escena que se ve reflejada en el texto es la realidad y deja claro que no siempre lo material da la felicidad, pese a que muchos de nosotros aún valoremos más tener lo último en tecnología, ir a la moda, con la ropa más actual, estar en la misma onda que el resto de amigos, tanto a nivel económico como social, etc , antes que otros valores mucho más importantes que nos van a acompañar el resto de nuestras vidas, en los buenos y en los malos momentos. En mi opinión, el mendigo y el perro viven su momento de felicidad con total sinceridad y una entrega del uno hacia el otro que les llena por completo. Creo que en las situaciones más difíciles es cuando las personas mejor se conocen y esas chicas al fin y al cabo se cansarán o saldrán otros cascos de moda que también se comprarán ,pero que no las hará felices más que un instante. Todos quieren ir a la moda y la gente está dejando de lado aquello llamado personalidad y que día a día cada vez menos gente tiene, hay personas que deben creer que si tienes todo lo que quieres eres más feliz, en cambio aquí se demuestra lo contrario, el mendigo se siente enormemente agradecido cuando su perro le devuelve ese cariñoso gesto.
Sara Cernadas Rodríguez