26 octubre 2014

Palabras para un lunes


[No] es mucho lo que recuerdo de los dos años que asistí a la es-cuela de la Catedral de Llandaff, entre los siete y nueve años de edad. Sólo dos momentos subsisten claramente en mi memoria. El primero no duró más de cinco segundos, pero jamás lo olvidaré.

Era mi primer curso y volvía a casa solo y a pie, atravesando la plaza del pueblo después de clase, cuando, de un modo imprevisto, me veo venir a uno de los mayores, un chico de doce años, pedaleando a toda velocidad en su bicicleta carretera abajo a unos treinta pasos delante de mí. […] El chico bajaba lanzado por la cuesta, y al pasar como una exhalación por mi lado va y se pone a pedalear  muy rápido hacia atrás, de forma que el mecanismo de piñón libre de su bici hizo un ruido vivo y trepidante. Al mismo tiempo, retiró las manos del manillar y se cruzó de brazos como si tal cosa. Yo me quedé clavado en el sitio, mirándolo sin pestañear. ¡Qué chaval tan estupendo! ¡Qué resuelto, y valiente, y gallardo con sus pantalones largos, y sus pinzas en las perneras, y su gorra escolar colorada puesta tan airosamente al bies! Un día, me dije, un día glorioso tendré yo una bici como ésa, y llevaré pantalones largos con pinzas en las perneras, y la gorra puesta así de lado, y bajaré zumbando por la cuesta, pedaleando hacia atrás, fuera del manillar las manos! 

Os juro que si en aquel momento me hubiese agarrado alguien por el hombro y me hubiera dicho: “¿Cuál es tu mayor deseo en la vida, chiquillo? ¿Cuál tu ambición suprema? ¿Ser médico? ¿Músico famoso? ¿Pintor? ¿Escritor? ¿O primer ministro?”, habría yo respondido sin vacilar que mi única ambición, mi esperanza, mi máximo anhelo era poseer una bicicleta como aquella y bajar por la cuesta zumbando sin manos en el manillar. Eso sería algo fabuloso. Me estremecía de emoción sólo pensarlo.


Roald Dahl Boy (relatos de infancia)

12 comentarios:

Ángel Ampudia dijo...

Si algo me marcó y me causó una gran emoción fue mi prime viaje a Disneyland.
La llegada fue un momento especial, entraba en un mundo mágico. Estaba en una de esas películas que tanto me gustaban.
Estoy deseando volver.

Unknown dijo...

Un momento que me marco mi infancia fue cuando me regalaron un pequeño peluche con forma de tortuga , era simple y gracioso , aun asi me encataba y jugaba a todas horas con el , nunca me quise separar de ese muñeco .

Unknown dijo...

mi obnipotente recuerdo es el de aquella vez hace mucho tiempo un 12/ 11/09 esa vez fue la primera vez que comprobe el entusiasmo que tiene un niño disfrutando el deporte mas bonito sobre la faz del planeta tierra, si el esqui, esa sensacion de ser el mas rapido, superar miedos...
este tipo de recuerdos son de los que no se te olvidan y de los que te hacen vivir y sentirte mejor.

Unknown dijo...

Hay muchos recuerdos geniales de la infancia, pero uno de los que mejor recuerdo es cuando el día antes de irme de viaje a París con mi familia (primos, tíos y padres) me quedé a dormir en casa de mi prima mayor, ella tenía la edad que tengo yo ahora, más o menos,y aunque teníamos que levantarnos a las cinco de la mañana nos quedamos despiertas hasta tarde, ella me maquilló de toda clase de maneras y jugó conmigo hasta que agotadas nos quedamos dormidas jugando con una cocinita llena de tazas de porcelana, que, afortunadamente, no se rompieron.

Unknown dijo...
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Unknown dijo...

Recuerdo muchas cosas de mi infancia, pero la que más me gusta y me hace reír es es y será siempre el día que lala,carla y yo nos quedamos a dormir juntas en casa de carla, debíamos tener unos seis años,nos levantamos pronto por la mañana y decidimos ir a desayunar a nuestra "guarida" (que era debajo de la cama) cogimos los cereales y la leche y desayunamos las tres juntas como si fuera los mas normal del mundo desayunar ahí abajo,fue uno de los momentos más felices que recuerdo.

Unknown dijo...

Hay muchos momentos bonitos en mi infancia que recuerdo, uno de ellos era una tarde en el patio del colegio. Marina, Carla y ya tendriamos alrededor de 6 y 7 años y jugabamos juntas. Haciamos magia, creabamos conjuros e incluso volabamos. Este recurdo es uno de los buenos momentos de mi infancia, en la que mi imaginacion no tenia limites.

Unknown dijo...

Un momento que marcó mi infancia fue cuando tenía más o menos seis años, mis padres y mis hermanas y yo habíamos ido a la nieve. Siempre bajaba yo las pistas sin frenar y mi madre bajaba detrás mio gritándome que frenara. Un día mi madre y yo nos subimos al telesilla , estaba super contenta porque era la primera vez y llegó el momento de bajar y no me podía desatar el cinturón y no podía bajar , así que pararon todo el telesilla para que yo bajara.Y el señor hasta que vino mi madre me dijo que le ayudara con el telesilla.

Anónimo dijo...

Tengo muchísimos recuerdos de mi infancia pero uno de los que más me acuerdo y más me gustó fue mi llegada al Colegio Marqués De Estella, yo tenía seis años. Aquel día estaba muy nervioso ya que iba a empezar un nuevo colegio y no conocía a nadie. Cuando llegué mi padre me acompañó hacia la fila donde estaba mi curso y con los compañeros con los que iba a compartir nada más y nada menos que seis años. Tengo muchísimos recuerdos buenos de mi infancia pero ese fue uno de los que más me marco.

alexcachondo33 dijo...

Tengo muchos recuerdos pero el mejor fue el momento en el que hice mi comunión ya que fue un día muy raro por que llegué tarde a la ceremonia, y al acabar esta mi prima me hizo unos de los regalos mas de esperados en mi infancia el pokemon platino era perfecto negro e increíble, ahora cada vez que pienso en eso pienso que eso era tiempo pasado y que ya no me podría volver a interesar eso

Unknown dijo...

Tengo muchos recuerdas pero el mejor o uno de los mejores es cuando un fin de semana cuando mi hermano tenía unos dos años y yo unos 5, nos despertamos por la mañana, mi hermano estaba en su cuna enjaulado y le saqué de ahí porque estaban mis padres durmiendo y cuando salió nos sentíamos como terroristas peligrosos que se habían escapado de la cárcel.

Federico monteoliva dijo...

un momento que recuerdo muy bien , es cuando tenia tres años, en un dia oscuro y frio de invierno, mi padre encendio la chimenea y puso hacer castañas que previamente habíamos recojido en el bosque, fue la primera vez que las prove, y me encantarón.Esto es algo que me marco no se porque, pero cuando pienso en un recuerdo me viene este el primero.