31 marzo 2013

Un cuento de Primavera

Homero, escritor griego del 900 antes de Cristo, del que se conocen pocos datos pero al que se le ha asignado tradicionalmente la autoría de la Iliada y la Odisea, las dos grandes epopeyas griegas. Junto a estas obras figuran los llamados himnos homéricos, que son unas serie de poemas relativamente breves, que celebran las hazañas de diversos dioses.
Entre las historias de dioses se le atribuye el mito de la primavera o "El rapto de Perséfone". Es un buen momento para conocer esta historia:
 
Cuenta Homero que en el sureste de Europa hubo un tiempo en el que reinaba la eterna primavera. La hierba siempre era verde y espesa y las flores nunca marchitaban. No existía el invierno, ni la tierra yerma, ni el hambre. La artífice de tanta maravilla era Deméter(1), la cuarta esposa de Zeus(3). De este matrimonio nació Core, luego llamada Perséfone(2). Se trataba de una hermosa joven adorada por su madre que solía acercarse a un campo repleto de flores a jugar. Un día, pasó por allí el terrible Hades(4) con su temible carro tirado por caballos. Se encandiló con Perséfone y la raptó para llevarla al subsuelo, su territorio. Deméter, al no encontrar a su hija y con una antorchas en cada mano, emprendió una peregrinación de nueve días y nueve noches. Al décimo día el Sol, que todo lo ve, se atrevió a confesarle quién se había llevado a su hija. Irritada por la ofensa, Deméter decidió abandonar sus funciones y el Olimpo. Vivió y viajó por la tierra. Esta se quedó desolada y sin ningún fruto ya que, privada de su mano fecunda, se seca y las plantas no crecen. Ante este desastre Zeus se vio obligado a intervenir pero no pudo devolverle la hija a su madre. Es que Perséfone ya había probado el fruto de los infiernos (la granada) y por eso le era imposible abandonar las profundidades y regresar al mundo de los vivos. Sin embargo, se pudo llegar a un acuerdo: una parte del año Perséfone lo pasaría con su esposo y, la otra parte, con su madre.
Lo que este mito indica es que cuando Perséfone regresa con su madre, Deméter muestra su alegría haciendo reverdecer la tierra, con flores y frutos. Por el contrario, cuando la joven desciende al subterráneo, el descontento de su madre se demuestra en la tristeza del otoño y el invierno. Así se renueva anualmente el ciclo de las estaciones y así explicaban los griegos la sucesión de ellas: el otoño y el invierno son tristes y oscuros como el corazón de Deméter al estar separada de su hija. La alegría y la serenidad retornan cuando vuelve con ella, es decir, cuando comienza la primavera.

(1) Deméter:Diosa de la fecundidad de los campos, la Madre Tierra, diosa del trigo, que proporciona el pan. En la mitología latina es Ceres, que está representada como una digna matrona que porta dos antorchas, símbolo de nacimiento y de luz.
(2) Perséfone:Representa a la primavera. Para los romanos era Proserpina.

(3) Zeus: Padre de los dioses, dueño y señor del cielo.
(4) Hades: Dios de los infiernos que rige en el Tártaro o Mundo de los Muertos.
La primavera de Botticelli tomada de venamimundo.com

30 marzo 2013

NUESTROS SUPERHÉROES

En nuestra historia han tenido mucha influencia los personajes heróicos ficticios, llamados superhéroes o superheroínas que nos inspiran y causan admiración. Por definición un superhéroe es un ser que lucha por el bien contra el mal, arriesgando su vida y que tiene poderes sobrehumanos. Aparecen en las caritcaturas en el siglo XIX, pero sería un siglo después, a partir de 1930 cuando se crea un gran auge y aparecen casi la mayoría de los superhéroes o superheroínas que conocemos hoy en día.
Los alumnos y alumnas de 1º de ESO, han creado sus propios superhéroes:
Katrina Musiciano


Katrina Musiciano, Katri para los amigos, de 17 años recién cumplidos el 21 de enero procede de Australia, de Tasmania más concretamente es un lugar precioso, todas las mañanas un sol brillante te despierta y miles de hojas te acarician las piernas mientras andas, el aire huele a flores, los arboles silban y es todo mágico, excepto por un pequeño detalle el diablo de Tasmania, un pequeño pero peligroso animal que destruye todo a su paso suele ser negro con el abdomen blanco como la nieve y unos pequeños y profundos ojos negros, para evitarlo entra en acción Katri que con su música dulce y vivaracha amansa a las fieras más terribles, ese es su superpoder, nadie sabe con exactitud de donde previene pero me contaron que se lo entregó un unicornio de Australia que, a diferencia de los comunes era negro, como la noche, como ala de cuervo o como el mal...
 
Katri tiene unos ojos color zafiro llenos de vida que te observan alegremente pero con cautela, una nariz chata  y unos finos y sensuales  labios siempre curvados en una alentadora sonrisa luciendo unos blancos dientes. Sus cejas finas y castañas le dan color a su pálida piel, su pelo castaño lo lleva suelto y libre.
 Tiene los brazos fuertes, pero no demasiado musculados, quedan cubiertos por las mangas anchas de su vestido morado sujetan a su fiel compañero una águila real de plumas marrones y blancas, sus suaves y ágiles manos producen sonidos agradables si ella así lo quiere, con las piernas firmes e inquietas se mueve grácilmente saltando e incluso volando, lleva unos largos calcetines morados con dos rallas azules en la parte superior, en sus pies están sus originales zapatos morados con la hebilla color oro que lleva entrelazada una cinta azul , va a juego con un cinturón que lleva en la cintura.
 
  Aunque pueda parecer una niña indefensa en realidad es muy atrevida, en muchos casos
insolente, siempre tuvo un estrecho vínculo con los animales, es simpática en general pero en ocasiones puede volverse temible, sobre todo si se meten, con su pueblo, familia o personas cercanas a ella, utiliza su poder para ayudar a las personas a librarse de los animales o para ayudar a los animales a comprenderse a si mismos es una especie de intermediaria entre los dos mundos, pero ella está feliz con su poder aunque tenga que sacrificarse en ocasiones o le cause algunos problemas. A primera vista es un tanto agresiva, pero si la conoces bien se la coge mucho cariño porque es muy servicial y agradable, si de verdad la caes bien daría su vida por  ti, por su amistad vale tanto y es tan difícil de tratar.
 Así es Katrina Musiciano, espero que os hayáis hecho una buena idea de ella.
Ainhoa Diez Ruiz
 
 


29 marzo 2013

Taller de encuadernación japonesa

Se acerca la Semana del Libro a Verdemar, y el cole se ha llenado de actividad. Ya hemos terminado nuestros libros, que se expondrán, como todos los años, en el Aula Susinos. En 4º ESO, Ainara nos ha enseñado a encuadernar nuestras creaciones con una técnica que no habíamos probado: la encuadernación japonesa. Cogimos agujas, hilo, tijeras... y ¡este fue el resultado!
Muchas gracias Ainara


  

24 marzo 2013

Palabras para un lunes

Un día llega tu profesora de Lengua y Literatura, te da un folio en blanco con un punto negro en medio y te pide que escribas sobre lo que ves... Mágicamente los puntos negros se convierten en historias, pensamientos y reflexiones sorprendentes. Como no podía ser de otro modo, este lunes lo iniciamos con una selección de esos textos. Muchas gracias a todos.


23 marzo 2013

El cuento de la lechera



foto tomada cuentos de don coco
El cuento de la lechera es muy conocido, hay muchas versiones infantiles que nos hablan de los sueños de una lechera, como con un cántaro de leche en su imaginación va progresando hasta convertirse en una persona rica y socialmente envidiable. Es lo que se conoce con la expresión de "hacer castillos en el aire" o crearse un mundo de ilusiones que nada tienen que ver con la realidad, o en muchas ocasiones la realidad viene a derribar esos castillos o sueños.
Entre las versiones vamos a leer la de ESOPO, un escritor griego de fabulas del siglo VI antes de Cristo, como podéis ver la historia viene de muy antiguo. Leamos la versión:
 
 LA LECHERA Y LA CÁNTARA
 
Una lechera llevaba en la cabeza un cubo de leche recién ordeñada y caminaba hacia su casa soñando despierta. "Como esta leche es muy buena", se decía, "dará mucha nata. Batiré muy bien la nata hasta que se convierta en una mantequilla blanca y sabrosa, que me pagarán muy bien en el mercado. Con el dinero, me compraré un canasto de huevos y, en cuatro días, tendré la granja llena de pollitos, que se pasarán el verano piando en el corral. Cuando empiecen a crecer, los venderé a buen precio, y con el dinero que saque me compraré un vestido nuevo de color verde, con tiras bordadas y un gran lazo en la cintura. Cuando lo vean, todas las chicas del pueblo se morirán de envidia. Me lo pondré el día de la fiesta mayor, y seguro que el hijo del molinero querrá bailar conmigo al verme tan guapa. Pero no voy a decirle que sí de buenas a primeras. Esperaré a que me lo pida varias veces y, al principio, le diré que no con la cabeza. Eso es, le diré que no: "¡así! "
La lechera comenzó a menear la cabeza para decir que no, y entonces el cubo de leche cayó al suelo, y la tierra se tiñó de blanco. Así que la lechera se quedó sin nada: sin vestido, sin pollitos, sin huevos, sin mantequilla, sin nata y, sobre todo, sin leche: sin la blanca leche que le había incitado a soñar.
 
 
 El Panchatantra indio (colección de cuentos orientales), del siglo III antes de cristo tiene una versión del cuento de la lechera. Posteriormente en el siglo VIII se tradujeron al árabe muchos cuentos de origen oriental, entre ellos, los cuentos de Calima e Dimna, cuentos árabes que tienen una versión de este. Alfonso X el sabio mandó traducir al castellano en el siglo XIII, estos cuentos de tradición árabe.
Don Juan Manuel (s. XIII-XIV). en el cuento VII de su libro El Conde Lucanor, toma la versión de los cuentos de Calima e Dimna traducidos al castellano, y hace su propia versión que a  continuación podéis leer:
 
 
De lo que sucedió a una mujer
llamada doña truhana
 
Otra vez estaba hablando el Conde Lucanor con Patronio de esta manera:
-Patronio, un hombre me ha propuesto una cosa y también me ha dicho la forma de conseguirla. Os aseguro que tiene tantas ventajas que, si con la ayuda de Dios pudiera salir bien, me sería de gran utilidad y provecho, pues los beneficios se ligan unos con otros, de tal forma que al final serán muy grandes.
Y entonces le contó a Patronio cuanto él sabía. Al oírlo Patronio, contestó al conde:
-Señor Conde Lucanor, siempre oí decir que el prudente se atiene a las realidades y desdeña las fantasías, pues muchas veces a quienes viven de ellas les suele ocurrir lo que a doña Truhana.
El conde le preguntó lo que le había pasado a esta.
-Señor conde -dijo Patronio-, había una mujer que se llamaba doña Truhana, que era más pobre que rica, la cual, yendo un día al mercado, llevaba una olla de miel en la cabeza. Mientras iba por el camino, empezó a pensar que vendería la miel y que, con lo que le diesen, compraría una partida de huevos, de los cuales nacerían gallinas, y que luego, con el dinero que le diesen por las gallinas, compraría ovejas, y así fue comprando y vendiendo, siempre con ganancias, hasta que se vio más rica que ninguna de sus vecinas.
»Luego pensó que, siendo tan rica, podría casar bien a sus hijos e hijas, y que iría acompañada por la calle de yernos y nueras y, pensó también que todos comentarían su buena suerte pues había llegado a tener tantos bienes aunque había nacido muy pobre.
»Así, pensando en esto, comenzó a reír con mucha alegría por su buena suerte y, riendo, riendo, se dio una palmada en la frente, la olla cayó al suelo y se rompió en mil pedazos. Doña Truhana, cuando vio la olla rota y la miel esparcida por el suelo, empezó a llorar y a lamentarse muy amargamente porque había perdido todas las riquezas que esperaba obtener de la olla si no se hubiera roto. Así, porque puso toda su confianza en fantasías, no pudo hacer nada de lo que esperaba y deseaba tanto.
»Vos, señor conde, si queréis que lo que os dicen y lo que pensáis sean realidad algún día, procurad siempre que se trate de cosas razonables y no fantasías o imaginaciones dudosas y vanas. Y cuando quisiereis iniciar algún negocio, no arriesguéis algo muy vuestro, cuya pérdida os pueda ocasionar dolor, por conseguir un provecho basado tan sólo en la imaginación.
Al conde le agradó mucho esto que le contó Patronio, actuó de acuerdo con la historia y, así, le fue muy bien.
Y como a don Juan le gustó este cuento, lo hizo escribir en este libro y compuso estos versos:
 
En realidades ciertas os podéis confiar,
mas de las fantasías os debéis alejar.
 
DON JUAN MANUEL
El Conde Lucanor
En una entrada anterior puedes ver el mismo cuento en una versión grabada por alumnos de 4º de ESO:
 

17 marzo 2013

Palabras para un lunes


Esta semana comenzamos el lunes con un texto sorprendente en el que un matrón comparte con nosotros la experiencia de asistir a una mujer en el parto. Su emoción al ser testigo de la llegada de una nueva vida es tan fuerte que traspasa el papel y nos contagia irremediablemente de fuerza y ternura.

Son las 3:43h de la mañana. Estoy sentado en mi sillón con las piernas extendidas. Hace calor pero la situación lo requiere (puse el termostato más alto de lo normal y además la cama irradiante está ya funcionando). La habitación está en penumbras ya que la única luz que ilumina tenuemente el ambiente proviene de un flexo que estratégicamente he situado en una mesa auxiliar. El sonido rítmico y regular del registro y unos gemidos guturales es lo único que se escucha.

Sentada en un banqueta a mi lado está la residente de primer año. Está nerviosa, pues no para de moverse y hacer ademanes de levantarse. Es normal, ha visto pocos como este. En un momento dado me hace una pregunta, que ni siquiera hago el intento de escuchar. Le contesto que ahora no, que después hablaremos, que ahora es cuestión de esperar y observar. Me mira avergonzada y se calla, moviendo nerviosamente las manos al mismo tiempo [...]

4:04h. Los movimientos de ella son más pronunciados. La pelvis oscila de adelante atrás en un extraño baile, pero donde se intuye un orden rítmico. Los sonidos que emite ahora son más agudos y fuertes. Resopla, intenta articular alguna palabra que no consigo entender, aunque sé que en estos momentos sus palabras tienen poco significado real, porque aunque su cuerpo esta allí su mente se encuentra a miles de kilómetros en una dimensión que yo nunca podré visitar.

Los latidos provenientes del registro han bajado aunque vuelven a subir pasados unos 20 segundos. Mantengo la calma. Sé que es normal en este instante del proceso. La clave ahora es saber cuándo tengo  que levantarme justo para no romper la magia del momento.

4:14h. Ella tiembla sentada en la silla (es una silla extraña que sólo tiene utilidad aquí y que despierta curiosidad siempre que alguien ajeno al servicio y este mundo ve) Respira agitadamente. Se estira y se apoya en su acompañante. Lanza un grito. En otro contexto sería preocupante. En este es lo más normal del mundo. En realidad es un grito que proviene del principio de los tiempos.

Los latidos del registro son ahora muchísimo más lentos. Tengo una sensación de inquietud porque pienso que de un momento a otro algún adjunto o residente de ginecología puede entrar. Me levanto y me pongo los guantes estériles, con tranquilidad pero sin demorarme. La residente se levanta pero le indico con la cabeza que se quede donde está.

Me acerco hacia la esquina donde están los dos (o mejor dicho los tres). Me arrodillo y me pongo de frente a ella en silencio. Sé que aunque le hablara no me escucharía. Su acompañante, que está detrás de ella de pie, con los brazos en sus hombros, me mira. En sus ojos veo algo que tal vez sea miedo, emoción o incluso alegría. Ese algo lo he visto antes muchas veces pero nunca he podido definirlo con claridad. Intento tranquilizarlo con la mirada. Hay que demostrar ahora que alguien controla la situación y ese alguien debo ser yo.

Miro su periné abombado. Ya esta ahí. Coloco suavemente la mano en lo que empieza sobresalir por la vagina. Al tacto es húmedo y duro. Es una sensación muy conocida para mí pero a la vez siempre me parece que es la primera vez. Los gritos son ahora continuos. Noto la presión de la cabeza en mi mano. Pienso que no tardará más de 15 segundos. Le hablo: “sopla, sopla, sopla...”.De repente la presión aumenta espectacularmente, pero estoy preparado y acompaño suavemente la salida. No percibo ninguna sensación desagradable. Perfecto, creo que no tendré que suturar. La cabeza mira hacia abajo, como debe ser. Suavemente meto un dedo y palpo el cuello. No hay circular. Le hablo: “Empuja…”. La rotación es rápida y un cuerpo es expulsado junto con una mezcla de sangre y líquido. Lo sujeto con firmeza. No es muy grande. Calculo unos 3000 gr. Hablo: “Bl…,mírame”. Sus ojos reflejan una mirada perdida. Le digo: “Cógelo”. Acerca sus brazos temblorosos y lo coge. Es increíble pero siempre pasa. En cuanto ella nota su cuerpo los temblores desaparecen y sus brazos adquieren firmeza.

Ilustración Alejandra Acosta

Ella llora. Es un llanto bajo que se mezcla con otro llanto, este más fuerte y estridente. Son llantos diferentes. Uno de ellos es de alegría, el otro es un llanto que indica que una nueva vida ha superado su primera gran prueba. Su acompañante sigue de pie. Está impresionado. Le pido a la residente que me pase un toalla caliente. Lo seco y limpio la boca de secreciones. Cambio la toalla por otra limpia. Compruebo la frecuencia tocando el cordón. Es buena. Hoy no tengo prisa para cortar el cordón. Me levanto, cojo el teléfono del paritorio y llamo a transición. No tardarán más de 2 minutos.

Le digo a la residente que se prepare. Dejaré que el resto lo haga ella.

Hoy me iré a casa con la sensación de haber visto algo que solo unos afortunados estamos habituados a ver.


Héctor González de la Torre

14 marzo 2013

PASO A PASO


INSTRUCCIONES PARA ABRIR LA PUERTA DE CASA

 Aunque parezca una tarea muy sencilla de realizar, a veces se pueden complicar las cosas y resultar todo lo contrario, para que esto no ocurra, tendrá que seguir las siguientes instrucciones:
1. Asegúrese de que lleva las llaves de casa encima
2. Introduzca la llave en la cerradura.
3. Gire la llave, se irá dando cuenta de que lo  está logrando, la puerta se   abrirá. En condiciones normales esto es así de sencillo.
4. En algunos casos de urgencia esto se puede complicar, y es cuando hay que recurrir a otras formas para poder abrir la puerta.
5. En el hipotético caso de que usted se enfrente a un gran apretón intestinal, corra hacia la puerta, y a la vez que introduce la llave, dé fuertes golpes en la puerta y apriete lo que más pueda sus piernas, si la llave le juega una mala pasada, respire hondo, póngase encima del felpudo y rece lo que sepa.
PD: Si usted lleva unas copitas de más, ni lo intente, para usted es una  “misión imposible”, no le queda otro remedio que dormir en el felpudo. “Buenas” noches.
          Marina Bárcena 4º ESO                                                                                                                                                      
Tiago Hoisel

RECETA PARA REÍR

Este es el manual por el cual todos aquellos a los que les cueste reír podrán superar su problema, se ruega que se lea seriamente y sin ningún tipo de humor:

En primer lugar, debe contraer los músculos de las mejillas hacia arriba, tensando los labios todo lo que pueda y enseñando los dientes, si están limpios mucho mejor, a la vez emitirá el sonido propio de la risa, si usted aún no sabe qué tipo de risa tiene, esté atento al sonido y clasifíquelo en la siguiente lista:
Dependiendo del sonido de su risa, tendrá los siguientes significados:                       
  • “Ja, ja, ja” tu risa es clara y sincera, no estás ocultando nada.
  • “Je, je, je” tu risa es malvada, o guarda una doble intención.
  • “Ji, ji, ji” tu risa es ridícula o bien eres un pijillo o simplemente lo intentas aparentar.
  • “Jo, jo, jo” tu risa es amable y bondadosa, como la de Papa Noel.
  • “Ju, ju, ju” tu risa simplemente es tímida.
          En segundo lugar, debe acompañar su tipo de risa con una expresión específica: con el “ja, ja, ja” usted puede abrir los ojos y la boca, si usted quiere llegar al extremo puede abrirla y enseñar hasta la campanilla. Con el “je, je, je” arrugue las cejas y ponga una cara malvada. Con el “jo, jo, jo” debe poner sus manos en la barriga y hacer grandes y lentos movimientos.
La risa es recomendable practicarla todo lo que pueda, es un bien muy preciado.
            En el caso de que tenga un mal día y no pueda encontrar nada de lo que reírse, debe seguir las siguientes instrucciones de emergencia: Debe colocarse delante del espejo, el del baño puede valer, y empezar a hacer muecas que puedan deformar su cara. Reírse de uno mismo provoca la risa más saludable.
                                                                                              Guillermo Martínez 4º ESO



Marcelo Tomé
INSTRUCCIONES PARA APRENDER A TENER MIEDO


¿No ha sentido nunca esa desagradable sensación de pánico que le recorre el cuerpo? Seguro que está deseando sentirla, ¡no se preocupe tiene en sus manos la solución!

  1.  Espere a que sea de noche, si hay poca luz será más efectivo. 
  2.  Busque un lugar solitario, una casa vieja, un pueblo perdido… si no dispone de ninguno de estos sitios tendrá que conformarse con su salón.
  3.  Vaya al sitio elegido, si es una casa acomódese en el suelo de una habitación; si es un pueblo Prepárese para pasar la noche.
  4.  Si ha elegido bien, empezará a escuchar ruidos: un búho, un lobo…
  5. Ahora imagine que se va abriendo poco a poco la puerta, con ese peculiar sonido de bisagras chirriando, atrévase a salir si puede. 
                                                                 
Si esto no da resultado, ¡Enhorabuena, usted es un valiente! Pero si todavía no ha conseguido su propósito, pruebe a ver una película de miedo, si es posible con alguien sentado a su lado que grite y le dé codazos de vez en cuando, si todavía no ha conseguido asustarse… dedíquese a otra cosa por favor.
Irene Castanedo 4º ESO

INSTRUCCIONES PARA SER UN BUEN ESPAÑOL

  1. Lo primero de todo es no avergonzarse cuando suene el himno español. No tiene letra, es verdad, pero se tararea igualmente.
  2. Para llegar a ser un buen español debe estar en situación de desempleo o paro.
  3. Debe saber comer y beber. Un vaso de vino todas las comidas y un buen jamón y tortilla de patata no debe faltar en toda mesa de un buen español.
  4. Los domingos para usted son sagrados, por la mañana debe salir a comprar el pan y el periódico y, por la tarde, debe de ir al estadio a animar a su equipo. En el caso de no poder ir al futbol, sirve con verlo por la televisión… aunque no es lo mismo.
  5. La siesta es obligatoria. Todos los días después de comer hay que echarse una siesta. Dependiendo del tiempo del que disponga puede variar su duración.
  6. Si es usted menor da cuarenta años, los sábados por la noche son para salir por ahí con la pandilla. Si sobrepasa esta edad, por la tarde es habitual echar “la partida en el bar de abajo” (cartas, dominó…) mientras se charla de cómo van las cosas.
  7. Por último, debe saber que vive en un país con políticos corruptos y con mucha crisis.  Repita la frase “¡Que hay crisis!” para cerrar una conversación.

¡Y ya está! Ya tiene los siete pasos fundamentales para ser un buen español. Usted mismo puede ir perfeccionándolos. Y recuerde: ¡Viva España!
Gonzalo García 4º ESO
                                                                                                             


13 marzo 2013

Un cuento de mil cuentos

Las mil y una noches es un  fabuloso libro integrado por cuentos, relatos y fábulas de la literatura árabe, fue escrito alrededor del s. XV, pero su autor es desconocido.
Un poderoso sultán se da cuenta de la infidelidad de su mujer y manda asesinarla. A partir de ahí, decide que cada día se casará con una doncella con la que pasará la noche, y al amanecer esta también deberá morir; esto como manera de evitar ser engañado de nuevo. Cuando le toca el turno a Shahrazad, que era muy astuta, decide que ella salvaría su vida. Para esto, planea que cada noche le contará una historia al sultán, y que la interrumpirá en un punto culminante con la llegada del día. El sultán intrigado por el desenlace de las historias, le perdona la vida y así transcurren mil y una noches. Transcurrido este tiempo le presenta al hijo que concibieron y el sultán la hace su esposa. A continuación podemos leer uno de los cuentos integrados en el libro.
ALADINO Y LA LÁMPARA MARAVILLOSA

Erase una vez una viuda que vivía con su hijo, Aladino. Un día, un misterioso extranjero ofreció al muchacho una moneda de plata a cambio de un pequeño favor y como eran muy pobres aceptó.
-¿Qué tengo que hacer? -preguntó.
-Sígueme - respondió el misterioso extranjero.
El extranjero y Aladino se alejaron de la aldea en dirección al bosque, donde este ultimo iba con frecuencia a jugar. Poco tiempo después se detuvieron delante de una estrecha entrada que conducía a una cueva que Aladino nunca antes había visto.
- ¡No recuerdo haber visto esta cueva! -exclamó el joven- ¿Siempre ha estado ahí?
El extranjero sin responder a su pregunta, le dijo:
-Quiero que entres por esta abertura y me traigas mi vieja lámpara de aceite. Lo haría yo mismo si la entrada no fuera demasiado estrecha para mí.
-De acuerdo- dijo Aladino-, iré a buscarla.
-Algo mas- agrego el extranjero-. No toques nada mas, ¿me has entendido? Quiero únicamente que me traigas mi lámpara de aceite.
El tono de voz con que el extranjero le dijo esto último, alarmó a Aladino. Por un momento pensó huir, pero cambió de idea al recordar la moneda de plata y toda la comida que su madre podía comprar con ella.
-No se preocupe, le traeré su lámpara, - dijo Aladino mientras se deslizaba por la estrecha abertura.
Una vez en el interior, Aladino vio una vieja lámpara de aceite que alumbraba débilmente la cueva. Cual no sería su sorpresa al descubrir un recinto cubierto de monedas de oro y piedras preciosas.
"Si el extranjero solo quiere su vieja lámpara -pensó Aladino-, o está loco o es un brujo. Mmm, ¡tengo la impresión de que no está loco! ¡Entonces es un ... !"
La lámpara! ¡Tráemela inmediatamente!- gritó el brujo impaciente.
-De acuerdo pero primero déjeme salir -repuso Aladino mientras comenzaba a deslizarse por la abertura.
¡No! ¡Primero dame la lámpara! -exigió el brujo cerrándole el paso
No! Gritó Aladino.
Peor para ti! Exclamó el brujo empujándolo nuevamente dentro de la cueva. Pero al hacerlo perdió el anillo que llevaba en el dedo el cual rodó hasta los pies de Aladino.
En ese momento se oyó un fuerte ruido. Era el brujo que hacía rodar una roca para bloquear la entrada de la cueva. Una oscuridad profunda invadió el lugar, Aladino tuvo miedo. ¿Se quedaría atrapado allí para siempre? Sin pensarlo, recogió el anillo y se lo puso en el dedo. Mientras pensaba en la forma de escaparse, distraídamente le daba vueltas y vueltas.
De repente, la cueva se lleno de una intensa luz rosada y un genio sonriente apareció.
-Soy el genio del anillo. ¿Qué deseas mi señor? Aladino aturdido ante la aparición, solo acertó a balbucear:
-Quiero regresar a casa.
Instantáneamente Aladino se encontró en su casa con la vieja lámpara de aceite entre las manos. Emocionado el joven narró a su madre lo sucedido y le entregó la lámpara.
-Bueno no es una moneda de plata, pero voy a limpiarla y podremos usarla.
La estaba frotando, cuando de improviso otro genio aun más grande que el primero apareció.
-Soy el genio de la lámpara. ¿Qué deseas? La madre de Aladino contemplando aquella extraña aparición sin atreverse a pronunciar una sola palabra.
Aladino sonriendo murmuró:
-¿Por qué no una deliciosa comida acompañada de un gran postre?
Inmediatamente, aparecieron delante de ellos fuentes llenas de exquisitos manjares. Aladino y su madre comieron muy bien ese día y a partir de entonces, todos los días durante muchos años. Aladino creció y se convirtió en un joven apuesto, y su madre no tuvo necesidad de trabajar para otros. Se contentaban con muy poco y el genio se encargaba de suplir todas sus necesidades.
Un día cuando Aladino se dirigía al mercado, vio a la hija del Sultán que se paseaba en su litera. Una sola mirada le bastó para quedar locamente enamorado de ella. Inmediatamente corrió a su casa para contárselo a su madre:
-¡Madre, este es el día más feliz de mi vida! Acabo de ver a la mujer con la que quiero casarme.
-Iré a ver al Sultán y le pediré para ti la mano de su hija Halima dijo ella.
Como era costumbre llevar un presente al Sultán, pidieron al genio un cofre de hermosas joyas. Aunque muy impresionado por el presente el Sultán preguntó:
-¿Cómo puedo saber si tu hijo es lo suficientemente rico como para velar por el bienestar de mi hija? Dile a Aladino que, para demostrar su riqueza debe enviarme cuarenta caballos de pura sangre cargados con cuarenta cofres llenos de piedras preciosas y cuarenta guerreros para escoltarlos.
La madre desconsolada, regresó a casa con el mensaje. -¿Dónde podemos encontrar todo lo que exige el Sultán? -preguntó a su hijo.
Tal vez el genio de la lámpara pueda ayudarnos -contestó Aladino. Como de costumbre, el genio sonrió e inmediatamente obedeció las ordenes de Aladino.
Instantáneamente, aparecieron cuarenta briosos caballos cargados con cofres llenos de zafiros y esmeraldas. Esperando impacientes las órdenes de Aladino, cuarenta Jinetes ataviados con blancos turbantes y anchas cimitarras, montaban a caballo.
-¡Al palacio del Sultán!- ordenó Aladino.
El Sultán muy complacido con tan magnifico regalo, se dio cuenta de que el joven estaba determinado a obtener la mano de su hija. Poco tiempo después, Aladino y Halima se casaron y el joven hizo construir un hermoso palacio al lado de el del Sultán (con la ayuda del genio claro está). El Sultán se sentía orgulloso de su yerno y Halima estaba muy enamorada de su esposo que era atento y generoso. Pero la felicidad de la pareja fue interrumpida el día en que el malvado brujo regresó a la ciudad disfrazado de mercader.
-¡Cambio lámparas viejas por nuevas! -pregonaba. Las mujeres cambiaban felices sus lámparas viejas.
Aquí! -llamó Halima-. Tome la mía también entregándole la lámpara del genio.
Aladino nunca había confiado a Halima el secreto de la lámpara y ahora era demasiado tarde. El brujo frotó la lámpara y dio una orden al genio. En una fracción de segundos, Halima y el palacio subieron muy alto por el aire y fueron llevados a la tierra lejana del brujo.
-¡Ahora serás mi mujer! -le dijo el brujo con una estruendosa carcajada. La pobre Halima, viéndose a la merced del brujo, lloraba amargamente.
Cuando Aladino regresó, vio que su palacio y todo lo que amaba habían desaparecido. Entonces acordándose del anillo le dio tres vueltas. -Gran genio del anillo, ¿dime qué sucedió con mi esposa y mi palacio? -preguntó.
-El brujo que te empujo al interior de la cueva hace algunos años regresó mi amo, y se llevó con él, tu palacio y esposa y la lámpara -respondió el genio.
Tráemelos de regreso inmediatamente -pidió Aladino.
-Lo siento, amo, mi poder no es suficiente para traerlos. Pero puedo llevarte hasta donde se encuentran. Poco después, Aladino se encontraba entre los muros del palacio del brujo. Atravesó silenciosamente las habitaciones hasta encontrar a Halima. Al verla la estrechó entre sus brazos mientras ella trataba de explicarle todo lo que le había sucedido.
-¡Shhh! No digas una palabra hasta que encontremos una forma de escapar -susurró Aladino. Juntos trazaron un plan. Halima debía encontrar la manera de envenenar al brujo. El genio del anillo les proporcionó el veneno.
Esa noche, Halima sirvió la cena y sirvió el veneno en una copa de vino que le ofreció al brujo.
Sin quitarle los ojos de encima, esperó a que se tomara hasta la última gota. Casi inmediatamente este se desplomó inerte. Aladino entró presuroso a la habitación, tomó la lámpara que se encontraba en el bolsillo del brujo y la frotó con fuerza.
-¡Cómo me alegro de verte, mi buen Amo! -dijo sonriendo-.
¿Podemos regresar ahora?
Al instante!- respondió Aladino y el palacio se elevó por el aire y flotó suavemente hasta el reino del Sultán.
El Sultán y la madre de Aladino estaban felices de ver de nuevo a sus hijos. Una gran fiesta fue organizada a la cual fueron invitados todos los súbditos del reino para festejar el regreso de la joven pareja.
Aladino y Halima vivieron felices y sus sonrisas aún se pueden ver cada vez que alguien brilla una vieja lámpara de aceite.
FIN

10 marzo 2013

Palabras para un lunes

Hoy, 11 de marzo, se cumplen nueve años de los atentados terroristas ocurridos en Madrid en el 2004, en cuatro trenes de la red de Cercanías de Madrid. Murieron 191 personas y más de 1800 resultaron heridas. Pablo Rojo, alumno de 3º ESO, rescata ahora la canción  "11 de marzo juevesque el grupo La Oreja de Van Gogh compuso como recuerdo a tal fatídico día, en el que tantas vidas, y tantas historias, quedaron truncadas para siempre.

11 de marzo jueves


Y ya estamos llegando 
Mi vida ha cambiado 
Un día especial 
Este 11 de marzo 
Me tomas la mano 
Llegamos a un túnel 
Que apaga la luz
Te encuentro la cara 
Gracias a mis manos 
Me vuelvo valiente 
Y te beso en los labios 
Dices que me quieres 
Y yo te regalo 
El último soplo de mi corazón

La oreja de Van Gogh