¿Qué ocurre, qué se forja, qué cristaliza en esos minutos? El viejo ni lo sabe ni lo piensa, pero lo vive en sus entrañas. Oye las dos respiraciones, la vieja y la nueva: confluyen como ríos, se entrelazan como serpientes enamoradas, susurran como en la brisa dos hojas hermanas. Así lo sintió días atrás, pero ahora un ritual instintivo lo hace sagrado. Acaricia sus amuletos entre el vello de su pecho y recuerda, para explicarse su emoción, el olmo ya seco de la ermita: debe su único verdor a la hiedra que le abraza, pero ella a su vez sólo gracias al viejo tronco logra crecer hacia el sol.
La madera y el verdor, la raíz y la sangre, el viejo y el niño avanzan compañeros, como sobre un camino, por ese tiempo que les está uniendo. Ambos hombro con hombro, en extremos opuestos de la vida, mientras la luna se mueve acariciándoles, entre el remoto girar de las estrellas.”
La sonrisa etrusca José Luis Sampedro
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| Foto de Aurelio Escribano |
16 comentarios:
Un recuerdo que mantengo fresco es cuando tenia 5 años mi abuela me daba siempre que ibamos a su casa 2 galletas a cada uno . Quizas no sea nada pero siempre que pienso en ella recuerdo esa imagen .
Un buen recuerdo que tengo sobre mi difunto abuelo son aquellos domingos por la tarde que estaba aburrido en casa de mis abuelos y siempre aparecía él y me preguntaba si quería jugar a las chapas, siempre asentía y pasaba unos ratos muy agradables. Me dice mi padre que eso nunca lo hizo con él ni con sus hermanos y que a mí me tenía mucho cariño, al igual que a el resto de mis primos, por supuesto. Lo que daría yo ahora por volver a jugar un partido de chapas contra él.
Tengo muchísimos recuerdos sobre mi difunta abuela, cuando yo nací su marido ya había fallecido. Siempre me entraba la curiosidad de conocerle, saber quien era...
Ella se llamaba Mariángeles pero todos la llamábamos "Angelines". Uno de los recuerdos que tengo de ella era que en navidad nos llamaba siempre para que fuéramos a ponerla el "Belén" y adornos navideños en su casa.A mi personalmente me encantaba. Otro recuerdo que tengo es que siempre que íbamos a su casa tenía en un armario, una caja con chocolatinas dentro, siempre nos daba una cada vez que íbamos. Daría lo que fuese porque ella estuviese aquí.
Un recuerdo que tengo sobre mi abuelo es que, cuando iba a su casa siempre me daba cosas del Racing como alguna tarjeta o algún peluche de la mascota del equipo, o algo de dinero aunque no solía ser mucho, pero al menos era algo. Otro recuerdo es que a veces, nos poníamos en la terraza a ver como iba el Racing, porque, desde allí, se podía ver el marcador.
Un buen recuerdo que tengo con mi abuela es, cuando, hace, 5 años, fuimos a la cabalgata de Reyes, a la de Santander. Pues, yo, al ser pequeña, no veía a través de la multitud de niños con sus familias, y ella, a sus 75 años, la ves saltando las vallas, y cogiéndome en brazos para cruzar a la otra acera. Yo me quedé alucinada, mi Tita, es sin duda la mejor del mundo.
yo recuerdo cuando de pequeño iba a sancibrian y pasaba los fines de semana con mi abuelo.Me acuerdo de que íbamos al kiosco a comprar chucherías y al final mi abuelo se comía mas que yo, me acuerdo de que después de comer mi abuelo se tumbaba en el sofá y yo me sentaba encima de su barriga.por ultimo cuando mi padre me venia a recoger cogía un limón del limonero de la huerta y me lo daba porque sabia que me encantan.
Cuando mi abuelo murió el limonero se marchitó.
Desgraciadamente, no conocí mucho a mis abuelos y ya no me queda ninguno, pero el que más estuvo conmigo fue mi abuelo Pedro que estaba en una residencia y todos los fines de semana le llevábamos a comer y a dar un paseo, tenía un carácter y un humor negro que a pesar de los años mantenía muy fresco (era muy divertido oír las cosas que decía la verdad), como tenía alzheimer yo siempre le preguntaba que como nos llamábamos sus nietas, y según él todas eramos María, le gustaba regalarme pulseras o bolígrafos que ganaba o se encontraba, era genial, además gracias a él se conocieron mis padres.
Tengo muy buenos recuerdos de mis abuelos, uno de ellos es del dia de mi cumpleaños. Mis abuelos nos llevaban a mi hermana y a mi a las ferias de Torrelavega, el 15 de agosto. Ellos nos invitaban a montarnos en todo tipo de atracciones, incluida la noria, que en su dia nos parecia gigante.
MI ABUELO
Dicen que los abuelos, son los que te cuidan de pequeño, te ayudan, se ríen y se les cae la baba al verte hacer cualquier cosa. Mi abuelo ya fallecido, pero no olvidado, se llamaba Issac Valentín. Era un hombre que con el paso de los años más raro se hacía y tú más te reías, pero de pequeña, ¡Ay de pequeña!. Paseos interminables en el complejo, el primero que se apuntaba a mis cocinitas en el piso de mi tía, el que me cogía caracoles para que, como todo niño pequeño, les cuidase y les diese de comer hierba, el mismo que me acompañaba y le encantaba verme practicar cualquier deporte, el primero al que le contaba todo, el que se alegraba como el que más con cualquier pequeño logro o reconocimiento que su nieta obtenía. Con el que grandes disputas tenía a la hora de jugar al parchís, en sí, todo un tramposo era, y el que a su vez odiaba que cambiases de canal cuando emitían cualquier partido de fútbol, principalmente, gran forofo del Barça y el Racing. Hasta las navidades en las que él presidía la mesa y era una figurita, rígido, en la misma posición y con una dieta estricta. Hacerle rabiar cuando tocaba ir al médico incluso lo que costaba convencerle de que una comida no llevaba tal ingrediente cuando realmente estaba en ella pero pasado por puré. Tarde tras tarde mil aventuras de su niñez me contaba y yo me sentaba como cosa inocente a escucharle. Pero tal vez, ahora que ya no está junto a ti, tienes esa impotencia de volver a esos tiempos. Aún hoy por hoy, al recordarle me es imposible no dejar caer alguna lágrima y a su vez reír ante tales recuerdos. Un abuelo, todo él, es un tesoro.
Un recuerdo que tengo, de los muchos de mi abuelo paterno, es que en su gigantesca gasolinera guarda una habitación para todos sus nietos, con canastas, balones, patinetes, libros y un monton de trastos más para que nos lo pasemos cañón.
Y todos los años que voy con mi hermano nos juntamos todos los primos en esa acogedora habitación, desde que apenas teníamos 4 o 5 años. Y nos sentíamos los reyes del universo infinito porque hacíamos lo que queriamos. Bueno y seguimos haciendolo. Son momentos que siempre esperamos con ganas e impaciencia de volverlos a vivir.
¡¡¡GRACIAS ABUELO!!!
Un recuerdo que aún mantengo de mi abuela materna, Rosa, era cuando tenía 4 o 5 años, la mayoría de los días me venía a buscar al colegio y volvíamos los dos a casa en autobús.
Yo no conocí apenas a Pepe (mi abuelo), pero siempre me cuentan que cuando yo llegaba a su casa me tenía reservado un bollo de pan.
Me hubiese encantado haber podido estar más con él.
No sabría elegir un solo momento. He pasado tantos junto a mis abuelos que me parece imposible resumir tantas cosas buenas de unas personas que han sido y serán siempre tan importantes para mí.
Recuerdo miles de domingos en casa de mis abuelos paternos. Íbamos a comer a su casa y pasábamos las tardes en su terraza. Aunque parezca algo insignificante posiblemente es uno de las cosas que más añoro, pasar más tiempo con mis “abuelitos”. Aún hoy no soy capaz de recordarlos sin llorar.
Mis dos abuelos maternos, “los yayos” como decimos mi hermana y yo, viven en Santander, no muy lejos de mi casa, y todos los días voy a verlos. Creo que son la base de mí y de casi toda mi familia. Me parecen una pieza indispensable en mi vida.
Nuria Rivas Fuente
Un buen recuerdo que tengo yo, con mi abuela materna es cuando mi madre me llevaba a su casa y me dejaba ahí la tarde, me lo pasaba genial, siempre dábamos un paseo asta la plaza Pombo, y me montaba en los caballitos, y luego íbamos a valor a tomar un chocolate con churros, este es el recuerdo que más me acuerdo, relacionado con mis abuelos.
Un recuerdo que tengo yo de mi abuelo paterno, Paulino era que cuando yo era pequeño el me llevaba en silla de ruedas ya que tenia una enfermedad, cuando me llevaba lo pasaba bien por que como era un niño con la mínima me reía y divertía daría lo que fuera por repetirlo pero es imposible, este es de mis mejores recuerdos
Tengo numerosos recuerdos junto a mi abuelo, pero unos de los mejores es aquellas tardes en la urbanización en la que vivía en Valladolid, me llevaba a ver conejos al campo mientra cogíamos almendras y él me enseñaba a abrirlas, tengo suerte de tener un abuelo como él.
Gracias por compartir estos recuerdos entrañables...
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