30 noviembre 2014

Palabras para un lunes

Esta semana, Diego López, alumno de 3º ESO, comparte con nosotros otra de sus canciones, aún no la ha terminado del todo, pero quiere conocer nuestra opinión... además nos pide ayuda, como ya lo hizo el curso pasado con su primera creación, para encontrar un título adecuado ¿os animáis?

¡Muchas gracias Diego!



Tienes que ser fuerte cuando la vida te golpea
y tienes que creer en ti, aunque a mí no me creas.
La vida da tantas vueltas que a veces marea, sea como sea
si pierdes la partida no revives como en San Andreas,
así que quiérete y sigue unos valores,
no te preocupes si caes, todos cometemos errores.
Encontrarás a un fiel de cada diez, los otros nueve son traidores,
tal vez lo mejor va a ser que los ignores.
Hay personas que envenenan, hay personas que enamoran,
luego hay otras que se van antes de hora y te condenan
con su ausencia, dejan un vacío que no llena otra presencia
y sigues el camino…solo por inercia.
Tu mente te silencia aunque pidas ayuda a gritos,
cómo vas a acabar tu historia si aún no hay nada escrito,
y no voy a mentir, llegué a pensar así, lo admito;
por eso si has pensando en rendirte ¡no te lo permito!

Diego López Soaleta

24 noviembre 2014

Querernos bien

La violencia contra las mujeres y las niñas se puede evitar. La prevención es posible y esencial. Hoy 25 de noviembre, Día Internacional de lucha contra la violencia de género, 15 minutos para la reflexión..


 

Corto realizado por la Federación de Enseñanza de UGT sobre la violencia de género en adolescentes, con Erick Pescador, María José Díaz-Aguado y Marta Ramos.

22 noviembre 2014

Palabras para un lunes

¿Qué ocurre, qué se forja, qué cristaliza en esos minutos? El viejo ni lo sabe ni lo piensa, pero lo vive en sus entrañas. Oye las dos respiraciones, la vieja y la nueva: confluyen como ríos, se entrelazan como serpientes enamoradas, susurran como en la brisa dos hojas hermanas. Así lo sintió días atrás, pero ahora un ritual instintivo lo hace sagrado. Acaricia sus amuletos entre el vello de su pecho y recuerda, para explicarse su emoción, el olmo ya seco de la ermita: debe su único verdor a la hiedra que le abraza, pero ella a su vez sólo gracias al viejo tronco logra crecer hacia el sol.
La madera y el verdor, la raíz y la sangre, el viejo y el niño avanzan compañeros, como sobre un camino, por ese tiempo que les está uniendo. Ambos hombro con hombro, en extremos opuestos de la vida, mientras la luna se mueve acariciándoles, entre el remoto girar de las estrellas.”
La sonrisa etrusca José Luis Sampedro

Foto de Aurelio Escribano

16 noviembre 2014

Palabras para un lunes

Esta semana arrancamos con una noticia aparecida en los medios de comunicación que, seguro, no os dejará indiferentes, ¡Tenéis toda la semana para investigar sobre su veracidad y para comentarla! Para leerla, solo tenéis que pinchar en el enlace





09 noviembre 2014

Palabras para un lunes


Como todos los grandes escritores de misterio, Manuel Méndez, alumno de 4º ESO, está buscando el crimen perfecto, y por ello esta semana nos plantea un reto: ¿seremos capaces de terminar el texto dando por cerrado el caso que plantea? 


Todo comienza en la antigua Inglaterra del siglo XVIII, un país  en auge gracias a la industria.

En una calle no muy lejos del centro está la pequeña sastrería del sr George, un hombre honrado de clase media, cuyo despacho daba al taller donde sus ayudantes y él trabajaban.

Un día, una  de sus auxiliares, mientras limpiaba el despacho de su jefe, se encontró con un tablón desencajado, en él un compartimento con un diario escrito por Sr George, donde aparecían reflejadas catorce maneras de matar a su mujer, a la que guardaba un odio oculto, algunos métodos eran ridículos y otros, en cambio, muy bien calculados, de manera fría y meticulosa.

La joven, aterrada por las notas escritas en este diario que encerraban un mal terrible, corrió despavorida a comisaría donde guio a la policía  a la casa antes de que fuera demasiado tarde.

Pero desgraciadamente lo fue, los policías quedaron  petrificados ante esa escena sanguinaria donde había sido cometido el más perfecto de todos los crímenes... 


04 noviembre 2014

"Don Juan Tenorio" para la tarde de difuntos

El pasado jueves 30 de noviembre el alumnado de 2º de ESO realizamos una representación de el Tenorio de Zorrilla en el salón de actos del colegio, nos ocupamos de toda la preparación y engañamos a varios amigos del sable para que nos acompañaran.

José Zorrilla fue un poeta y escritor del siglo XIX (1817-1893), máximo representante de

la corriente literaria de El Romanticismo Español.  Escribió diversas obras, populares ya

en su tiempo, y muy famosas posteriormente: obras en prosa, en verso, épica, leyendas;

y su obra más universal: Don Juan Tenorio. El Tenorio fue la obra que lo consagró

definitivamente, ya desde el mismo momento de su estreno en 1844 y que supuso un

éxito total de público y de crítica.

¿Por qué el día 1 de noviembre pueden verse cientos de representaciones teatrales de El

Tenorio en otras tantas ciudades españolas y de países hispanoamericanos?


Las representaciones en torno al tema de la muerte eran muy frecuentes en otros

tiempos. Posteriormente, dejaron de ser tan populares y tan masivas en los teatros de

pueblos y ciudades, pero no se extinguieron, sino que se mantuvieron durante siglos y

hasta la actualidad.

Una de las obras más pedidas por el público siempre ha sido Don Juan Tenorio, obra

además en la que muchos de los acontecimientos de la segunda parte suceden en un

cementerio, en el que las estatuas de los muertos cobran vida, las sombras hablan y Don

Juan se relaciona con los espectros de la manera más natural.

Parece ser que a la gente le gustan mucho las obras en las que un gran pecador se

arrepiente y en las que se debate durante mucho tiempo entre la eterna salvación de

su alma o la eterna condenación a las llamas del castigo eterno. Eternos temas del

inconsciente colectivo: la Vida y la Muerte, el Bien y el Mal, el Castigo o la Recompensa,

la Gloria Eterna o la Eterna Condenación, temas que cosechaban grandes emociones en

los espectadores de los dramas románticos y trágicos del XIX.

Por eso se sabe que el tema de los muertos, de los difuntos es un tema teatral por

excelencia. Y por eso Don Juan es un drama universal que cada año acude a su cita la

noche del día de los Difuntos, aunque puede representarse el día 1 de noviembre o Día

de Todos los Santos, o el día 2 de noviembre o Día de los Difuntos. Los temas de la obra

están estrechamente vinculados a todos estos temas.























*Gracias a Fonso, Julián y David.

03 noviembre 2014

Un cuento de vampiros

www.bramstoker.es
No podemos y terminar nuestra serie de autores de cuentos de terror sin hablar de Abraham Stoker (1847-1912)  que fue un descatado escritor y novelista irlandés de finales del siglo XIX y principios del XX. Hoy en día se le recuerda principalmente por escribir Drácula, una de las mejores historias de terror de todos los tiempos.
Debido a que nació con una parálisis parcial y por su delicada salud, estuvo durante sus primeros siete años de vida en la cama, sin poder realizar una vida normal. Por ese motivo comenzó sus estudios en su domicilio, con profesores particulares.
  En esta época su madre comenzó a narrarle cuentos de misterio y terror, que le hicieron iniciarse en un género que le marcaria desde esta temprana edad, como años después se comprobaría cuando se inició como escritor.
Se ganó una merecida reputación como deportista y fue reconocido como importante orador. Compatibilizó sus estudios trabajando como funcionario y se hizo representante del actor Sir Henry Irving, con el que mantuvo un amistad hasta la muerte del actor.
Se casó y tuvo un hijo pero su matrimonio siempre estaba envuelto en especulaciones sobre su escasa felicidad.
Siempre se vio influenciado como escritor por todo lo relacionado con temas oscuros y sobrenaturales, además por el folclore tradicional irlandés, en el que abundaban las historias de vampiros, duendes y otros seres similares. Más adelante en su vida comenzó a sentirse interesado por la egiptología, la historia babilonia, la alquimia y temas astrales.
Sus inicios como escritor fueron los primeros relatos de terror, como “La copa de cristal”, (1872) “La cadena del destino”, publicado en 1876. También publicó una colección de relatos para niños "El país del ocaso" (1890).
Destacar la publicación de su primer libro, "Las obligaciones de los escribanos en los Tribunales de Primera Instancia de Irlanda", en 1879,una especie de guía de referencia que comenzó a ser utilizada por la administración.
Publicó novelas como “El desfiladero de la serpiente”, en 1890, “El misterio del mar”, en 1902, “La joya de las siete estrellas”, en 1904, o su obra más polémica, “Impostores famosos”, editada en 1909, donde exponía una teoría en la que opinaba que Isabel I, era un hombre disfrazado de mujer.
Pero su obra cumbre, por la que es realmente recordado, y la que le llevó a formar parte de la historia, no fue otra que “Drácula”, editada en 1897. Esta novela adaptaba la vida de VladDraculea, un príncipe rumano, al que Stoker convirtió en un vampiro, en un relato que mezclaba el terror con el romanticismo a partes iguales.
  La novela incluía un aspecto que la hacían muy novedosa y llamativa, aparte del tema que trataba y del personaje principal, y era el hecho de estar escrita en forma de diarios, incluyendo cartas y telegramas, evitando emplear un narrador en tercera persona, que era habitual hasta ese momento.
 Dos años después de su muerte, su esposa, necesitada de dinero, consiguió publicar un relato corto titulado “El invitado de Drácula”, que servía como introducción a su famosa novela, junto a otros relatos cortos, que había escrito Stoker antes de morir.
 El final de su vida se vio marcada por la extrema pobreza que lo rodeaba, muriendo enfermo y sin reconocimiento en una pensión londinense, curiosamente mientras “Drácula” se reeditaba debido a su gran éxito comercial.
Información sacada de http://www.bramstoker.es/
A continuación os dejo el relato corto que sirve de introducción a su famosa novela Drácula:

El invitado de Drácula


Cuando iniciamos nuestro paseo, el sol brillaba intensamente sobre Múnich y el aire estaba repleto de la alegría propia de comienzos del verano. En el mismo momento en que íbamos a partir, Herr Delbrück (el maitre d'hôtel del Quatre Saisons, donde me alojaba) bajó hasta el carruaje sin detenerse a ponerse el sombrero y, tras desearme un placentero paseo, le dijo al cochero, sin apartar la mano de la manija de la puerta del coche:
-No olvide estar de regreso antes de la puesta del sol. El cielo parece claro, pero se nota un frescor en el viento del norte que me dice que puede haber una tormenta en cualquier momento. Pero estoy seguro de que no se retrasará -sonrió-, pues ya sabe qué noche es.
Johann le contestó con un enfático:
-Ja, mein Herr.
Y, llevándose la mano al sombrero, se dio prisa en partir.
Cuando hubimos salido de la ciudad le dije, tras indicarle que se detuviera:
-Dígame, Johann, ¿qué noche es hoy?
Se persignó al tiempo que contestaba lacónicamente:
-Walpurgis Nacht.
Y sacó su reloj, un grande y viejo instrumento alemán de plata, tan grande como un nabo, y lo contempló, con las cejas juntas y un pequeño e impaciente encogimiento de hombros. Me di cuenta de que aquella era su forma de protestar respetuosamente contra el innecesario retraso y me volví a recostar en el asiento, haciéndole señas de que prosiguiese. Reanudó una buena marcha, como si quisiera recuperar el tiempo perdido. De vez en cuando, los caballos parecían alzar sus cabezas y olisquear suspicazmente el aire. En tales ocasiones, yo miraba alrededor, alarmado. El camino era totalmente anodino, pues estábamos atravesando una especie de alta meseta barrida por el viento. Mientras viajábamos, vi un camino que parecía muy poco usado y que aparentemente se hundía en un pequeño y serpenteante valle. Parecía tan invitador que, aun arriesgándome a ofenderlo, le dije a Johann que se detuviera y, cuando lo hubo hecho, le expliqué que me gustaría que bajase por allí. Me dio toda clase de excusas, y se persignó con frecuencia mientras hablaba. Esto, de alguna forma, excitó mi curiosidad, así que le hice varias preguntas. Respondió evasivamente, sin dejar de mirar una y otra vez su reloj como protesta. Al final, le dije:
-Bueno, Johann, quiero bajar por ese camino. No le diré que venga si no lo desea, pero cuénteme por qué no quiere hacerlo, eso es todo lo que le pido.
Como respuesta, pareció zambullirse desde el pescante por lo rápidamente que llegó al suelo. Entonces extendió sus manos hacia mí en gesto de súplica y me imploró que no fuera. Mezclaba el suficiente inglés con su alemán como para que yo entendiese el hilo de sus palabras. Parecía estar siempre a punto de decirme algo, cuya sola idea era evidente que le aterrorizaba; pero cada vez se echaba atrás y decía mientras se persignaba:
-Walpurgis Nacht!
Traté de argumentar con él pero era difícil discutir con un hombre cuyo idioma no hablaba. Ciertamente, él tenía todas las ventajas, pues aunque comenzaba hablando en inglés, un inglés muy burdo y entrecortado, siempre se excitaba y acababa por revertir a su idioma natal.... y cada vez que lo hacía miraba su reloj. Entonces los caballos se mostraron inquietos y olisquearon el aire. Ante esto, palideció y, mirando a su alrededor de forma asustada, saltó de pronto hacia adelante, los aferró por las bridas y los hizo avanzar unos diez metros. Yo lo seguí y le pregunté por qué había hecho aquello. Como respuesta, se persignó, señaló al punto que había abandonado y apuntó con su látigo hacia el otro camino, indicando una cruz y diciendo, primero en alemán y luego en inglés:
-Enterrados..., estar enterrados los que matarse ellos mismos.
Recordé la vieja costumbre de enterrar a los suicidas en los cruces de los caminos.
-¡Ah! Ya veo, un suicida. ¡Qué interesante!
Pero a fe mía que no podía saber por qué estaban asustados los caballos.
Mientras hablábamos, escuchamos un sonido que era un cruce entre el aullido de un lobo y el ladrido de un perro. Se oía muy lejos, pero los caballos se mostraron muy inquietos, y le llevó bastante tiempo a Johann calmarlos. Estaba muy pálido y dijo:
-Suena como lobo..., pero no hay lobos aquí, ahora.
-¿No? -pregunté inquisitivamente-. ¿Hace ya mucho tiempo desde que los lobos estuvieron tan cerca de la ciudad?
-Mucho, mucho -contestó-. En primavera y verano, pero con la nieve los lobos no mucho lejos.
Mientras acariciaba los caballos y trataba de calmarlos, oscuras nubes comenzaron a pasar rápidas por el cielo. El sol desapareció, y una bocanada de aire frío sopló sobre nosotros. No obstante, tan sólo fue un soplo, y más parecía un aviso que una realidad, pues el sol volvió a salir brillante. Johann miró hacia el horizonte haciendo visera con su mano, y dijo:
-La tormenta de nieve venir dentro de mucho poco.
Luego miró de nuevo su reloj, y, manteniendo firmemente las riendas, pues los caballos seguían manoteando inquietos y agitando sus cabezas, subió al pescante como si hubiera llegado el momento de proseguir nuestro viaje.
Me sentía un tanto obstinado y no subí inmediatamente al carruaje.
-Hábleme del lugar al que lleva este camino -le dije, y señalé hacia abajo.
Se persignó de nuevo y murmuró una plegaria antes de responderme:
-Es maldito.
-¿Qué es lo que es maldito? -inquirí.
-El pueblo.
-Entonces, ¿hay un pueblo?
-No, no. Nadie vive allá desde cientos de años.
Me devoraba la curiosidad:
-Pero dijo que había un pueblo.
-Había.
-¿Y qué pasa ahora?


01 noviembre 2014

Palabras para un lunes

Arrancamos esta semana con una viñeta, dura y crítica, de El Roto