Esta semana, Pablo Bueno, alumno de 3º ESO, nos propone la lectura de un artículo que, a priori, podría parecer un texto de ciencia ficción, pero su autor es el gran científico Stephen Hawking y nos habla, con un lenguaje claro y revelador, de uno de los grandes misterios del universo...
Cómo construir una Maquina del Tiempo
Hola. Mi nombre es Stephen Hawking. Físico, cosmologista, y también soñador. Aunque no puedo moverme y tengo que hablar a través de una computadora, en mi mente soy libre. Libre para explorar el universo y hacer las grandes preguntas, como: ¿es posible el viaje en el tiempo? ¿Podemos abrir un portal al pasado, o encontrar un atajo al futuro? Podemos finalmente usar las reglas de la naturaleza para convertirnos en maestros del mismo tiempo?
El viaje a través del tiempo fue considerado alguna vez herejía científica. Solía evitar hablar sobre ello por temor de ser catalogado como loco. Pero hoy en día, ya no soy tan cuidadoso. De hecho, me parezco más a las personas que construyeron Stonehenge. Estoy obsesionado por el tiempo. Si tuviera una máquina del tiempo, visitaría a Marilyn Monroe en su mejor época, o le caería a Galileo mientras éste apuntaba su telescopio hacia los cielos. Quizás incluso viajaría al fin del universo para descubrir cómo acaba nuestra historia cósmica.
Para ver cómo podría ser esto posible, necesitamos ver al tiempo como los físicos lo ven – en la cuarta dimensión. No es tan difícil como suena. Cada escolar que prestó atención sabe que todos los objetos físicos, incluso yo mismo en mi silla, existimos en tres dimensiones. Todo tiene un ancho, una longitud, y una altura.
Pero hay otro tipo de longitud, una longitud en el tiempo. Si bien un humano sobrevive 80 años, las piedras de Stonehenge, por ejemplo, han estado presentes por miles de años. Y el sistema solar, durará miles de millones de años. Todo tiene una longitud tanto en el tiempo, como en el espacio. Viajar en el tiempo, significa viajar a través de esta cuarta dimensión.
Para entender lo que significa, imaginemos que estamos haciendo un viaje común, en Auto. Conducimos en línea recta, y estamos viajando en una dimensión. Volteamos a la derecha o izquierda, y añadimos una segunda dimensión. Conducimos hacia arriba o abajo en un camino montañoso que añade altura, y estaremos viajando en las tres dimensiones. Pero ¿cómo viajamos en el tiempo? ¿Cómo encontramos un camino a través de la cuarta dimensión?
Entremos un poco en la ciencia ficción por un momento. Las películas de viaje en el tiempo usualmente muestran una máquina vasta, hambrienta de energía. La máquina crea un camino a través de la cuarta dimensión, un túnel a través del tiempo. Un viajero en el tiempo, un valiente, quizás temerario individuo, preparado para quién sabe qué, entra al túnel del tiempo y emerge quién sabe donde. El concepto puede sonar inalcanzable, y la realidad puede ser muy diferente de esto, pero la idea en sí no es tan loca.
Los físicos han estado pensando también sobre túneles en el tiempo, pero venimos desde un ángulo diferente. Nos preguntamos si los portales al pasado o al futuro podrían ser posibles dentro de las reglas de la naturaleza. Pensamos que sí son posibles. De hecho, les hemos dado un nombre: agujeros de gusano (Wormholes). La verdad es que los agujeros de gusano están alrededor nuestro, sólo que son demasiado pequeños para poderlos ver. Los agujeros de gusano son pequeñísimos. Ocurren en los rincones y grietas del espacio y el tiempo. Puede parecer un complejo concepto, pero continuemos.
Nada es plano o sólido. Si ven cualquier cosa lo suficientemente cerca, encontrarán agujeros y arrugas en ellos. Es un principio físico básico, e incluso se aplica al tiempo. Incluso algo tan suave como una bola de billar tiene pequeños agujeros y arrugas. Ahora, es fácil demostrar que esto es cierto en las tres primeras dimensiones. Pero créanme, esto es también cierto en la cuarta dimensión. Existen pequeños agujeros y rincones en el tiempo. En la escala más pequeña, incluso más pequeñas que las moléculas, más pequeñas que los átomos, llegamos a un lugar llamada la espuma cuántica (quantum foam). Aquí es donde los agujeros de gusano existen. Pequeños túneles o atajos a través del espacio y el tiempo que constantemente se forman, desaparecen y reforman dentro de este mundo cuántico. E incluso unen dos lugares y dos tiempos diferentes.
Desafortunadamente, estos túneles en la vida real son tan sólo un billón-trillón-de trillones de un centímetro de diámetro. Demasiado pequeños para que un humano pueda pasar a través de ellos – pero aquí hacia donde la noción de máquinas de tiempo de agujeros de gusano se está dirigiendo. Algunos científicos piensan que podrá ser posible capturar uno de estos agujeros de gusano y agrandarlo muchas trillones de veces para que sea lo suficientemente grande para un ser humano o, incluso, una nave [...]
Cualquier tipo de viaje en el tiempo al pasado a través de agujeros u otro método quizás sea imposible, pues de lo contrario, se generarían paradojas. Así que lamentablemente, parece que el viaje en el tiempo al pasado no sucederá nunca. Una decepción para cazadores de dinosaurios, y un alivio para historiadores.
Pero la historia todavía no acaba. Esto no imposibilita todo tipo de viaje en el tiempo. Yo sí creo en el viaje en el tiempo. Viaje en el tiempo al Futuro. El tiempo fluye como un río, y parece como si cada uno de nosotros fuera cargado en su corriente. Pero el tiempo tiene otra similitud con un río. Fluye a diferentes velocidades en diferentes lugares, y esa es la clave de viajar al futuro. Esta idea fue propuesta inicialmente por Albert Einstein hace más de 100 años. Se dio cuenta que deberían haber lugares donde el tiempo corre más lento, y otros donde éste se acelera. Estaba absolutamente correcto. Y la prueba está justo encima de nuestras cabezas. En el espacio. [...] El tiempo va más rápido en el espacio que en la Tierra. [...]
Pero la verdadera maravilla de nuestro viaje es que revela simplemente lo extraño que es el universo. Es un universo donde el tiempo corre en diferentes velocidades en diferentes lugares. Donde pequeños agujeros de gusano existen alrededor de nosotros. Y donde, finalmente, puede que usemos nuestra compresión de la física para volvernos verdaderos viajeros en la cuarta dimensión.
Stephen Hawking.Daily Mail, el 3 de Mayo de 2010.